Tragedia en 5 actos.
Sus fuentes principales son Hipólito de Eurípides y Fedra de Séneca, pero el autor da una nueva y originalísima vida al drama haciendo de la protagonista una víctima del Hado, «ni totalmente culpable, ni totalmente inocente». Segunda mujer de Teseo, desaparecido durante un viaje, Fedra se consume de un mal misterioso que acaba por confesar a su nodriza Enone: ama a su hijastro Hipólito.
Entre tanto es anunciada la muerte de Teseo. Convencida de que su amor ya no es culpable, Fedra revela su pasión a Hipólito, provocando la indignación del joven. Pero Teseo regresa indemne. Con el fin de salvar a Fedra, Enone acusa de amor incestuoso a Hipólito, que es maldecido y arrojado de casa por el padre. Fedra, trastornada por los remordimientos, querría confesar a Teseo la verdad, pero la noticia de que Hipólito ama, viéndose correspondido, a la princesa Aricia provoca en ella un violento ataque de celos.
Aricia explica mientras tanto a Teseo que Hipólito es inocente. Conturbado, el rey se entera seguidamente de que Enone se ha quitado la vida arrojándose al mar y de que Fedra quiere morir. Suplica a Neptuno que no tenga en cuenta la maldición lanzada contra su hijo, pero es demasiado tarde. Se viene a saber, en efecto, que los caballos de Hipólito, aterrorizados por un monstruo marino, se han desbocado y han causado su muerte. Fedra confiesa la verdad y se quita la vida.