[Phaedra] En época más próxima a nosotros, el tema trágico y pasional ha inspirado también un breve poema dramático del inglés Algernon Charles Swinburne (1837 – 1909), Fedra, publicado en Poemas y baladas (v.), primera serie, en 1866. Más que del Hipólito (v.) de Eurípides, esta obra deriva de la Fedra de Séneca, ya que en esta última tragedia se encuentra la concepción del amor como un dios cruel que invade el alma con su fuego, el sentimiento de la atávica fatalidad que pesa sobre Fedra y la plegaria de Fedra a Hipólito par que le de muerte. Además de los motivos dominantes, Swinburne tomó del poeta latino algunos aspectos de detalle. El poeta inglés, poco aficionado a Eurípides, toma de éste, sin embargo, aquellas frases y movimientos que le parecen más dignos; pero abundan las reminiscencias del lenguaje de otras tragedias griegas (por ejemplo, la versión literal de un fragmento de la Niobe de Esquilo: «Pues, única entre los dioses, la Muerte no apetece de ofrendas»). D’Annunzio, en su Fedra tomó muchos rasgos del poema de Swinburne, el cual consiste en un diálogo entre Fedra e Hipólito, en presencia de un coro de mujeres trecenias, que intercala breves comentarios. Fedra, caracterizada por la pasión swinburniana, y al no poder lograr el amor de Hipólito, implora que le dé muerte.
M. Praz