[Fécondité]. Novela del escritor francés Émile Zola (1840-1902), publicada en 1899. Es el primero de los Cuatro Evangelios (v. Trabajo, Verdad): cuatro novelas en las que el autor trató de celebrar la fecundidad, el trabajo, la verdad y la justicia, como únicas fuerzas capaces de regenerar a los hombres y traer la felicidad al mundo. La cuarta novela — Justicia — fue interrumpida por la muerte del autor. El motivo de la primera es: creced y multiplicaos, la fecundidad destruye los vergonzosos cálculos del egoísmo, es la condición necesaria para la purificación del mundo. Mateo Froment, delineante de máquinas en una industria siderúrgica de París, se ha casado muy joven con Mariana Beauchéne, una prima pobre de su jefe: los esposos, amantes de verdad, se rodean, con total imprevisión, de una colección de niños cada vez mayor, lo que trae consigo dificultades financieras y les obliga a vivir en el campo. En las familias de sus vecinos y conocidos, la ambición, el vicio o el egoísmo, inspiran el terror por la prole numerosa, destructora de riquezas, creadora de miserias y de hastíos. Mateo, entre tanto, abandonando la ciudad, intenta con éxito la explotación de una vasta propiedad inculta de los Séguin, con la cual puede criar bien a sus hijos, que del campo irán luego a París, e invadirán la industria de los Beauchéne y las descuidadas haciendas de los Séguin.
Por el contrario, la esterilidad voluntaria mina las bases de las familias parisienses, de los amigos de Froment. El industrial Beauchéne se ha alejado de su mujer y vive una vida de oprobiosas y estúpidas aventuras. La oficina está ahora en manos de Mauricio, el hijo único, el ídolo, que por ser de constitución débil, muere apenas cumplidos los veinte años, y Blas Froment lo sustituye en su cargo directivo. Loca de dolor, la madre de Mauricio elimina a Blas, pero otro hijo de Mateo entra en la industria. Catástrofes análogas, histerismos y locuras, se producen en otra familia afectada también por las mismas miserias. La novela termina con las bodas de diamante de Mateo y Mariana, rodeados de innumerables hijos y nietos. La gloriosa ascensión de los Froment y la tragedia de las familias infecundas, se desenvuelve con un paralelismo que pone de relieve la intención polémica de la obra, no exenta de pretensiones científicas completamente vagas e inciertas. El escritor, en su declive, ya no reaviva con poderosas y alucinantes visiones, con toques de densa verdad, sus narraciones voluntariamente tendenciosas y propagandistas. Pero el aura de salud física y moral, el impulso convencido, honesto y ardiente del autor de Fecundidad, dan al libro un aliento de vida que se adueña de la simpatía del lector.
R. Barbieri