Fantasmas Chinos, Lafcadio Hearn

[Some Chínese Ghosts]. Obra del escritor angloamericano Lafcadio Hearn (1850-1904), publicada en 1887. Se trata de seis leyendas: «El alma de la campana», «Historia de Claro Espíritu», «La leyenda de la Tejedora Celeste», «El retorno del juez», «La tradición de la planta del té», «Historia del dios de porcelana», que el autor tomó, según declara en una nota, de un texto clásico chino o de obras modernas (las dos últimas del Chínese Recorder de Bretscheider y de la Historia de las porcelanas de King-techin, de Julien de Salvétat). Las más notables son: la pri­mera, tomada del célebre Hsiao Ching (v.), y la segunda, tomada del Chin ku ch’i kuan (v.). El emperador ha ordenado al manda­rín Pluma Extendida, padre de Ko-Ngai, fundir una campana. La tarea, muchas ve­ces repetida, nunca obtiene éxito. Se con­sulta a un astrólogo, y éste responde: «Para que los metales liguen, es preciso que se mezcle a ellos la sangre de una niña». Ko- Ngai se arroja al hierro en fusión, y la campana sale perfecta. Por eso cuando la gran campana de Pekín suena, dice: « ¡Ko- Ngai!… ¡Ay de mí!…».

En la leyenda «His­toria de Claro Espíritu», Claro Espíritu es un joven de dieciocho años, hermoso y lleno de talento; cuando se despide de sus padres, éstos le repiten el proverbio de los sabios: «si ves una mujer venir del Este, vuélvete hacia el Oeste, y si la ves venir del Oeste, vuelve tus ojos al Este». Pero un día de primavera, Claro Espíritu descu­bre, entre los almendros en flor, una be­lla y joven mujer que le acoge amablemen­te, y con ella pasa la noche. Ella dice llamarse Beso Delicioso y le invita a volver. Claro Espíritu vuelve todas las tardes junto a su bella amiga. Pero el padre descubre las ausencias de Claro Espíritu, y Beso Delicioso, llorando, anuncia al amante que pronto deberán separarse para siempre. Al irse, le entrega un pequeño y precioso re­galo. Claro Espíritu, obligado a declarar su secreto, lleva a su padre y a su pro­tector a la casa de la amada, pero sólo encuentran las ruinas de una antigua tum­ba. La casa había desaparecido, Beso De­licioso era una sombra. Claro Espíritu llegó a ser famoso y padre de hijos e hijas re­nombrados por su virtud y su talento, pero nunca olvidó a Beso Delicioso. El libro fue escrito por Hearn hacia 1886, en Nue­va Orleans, en los Estados Unidos, algunos años antes de trasladarse al Japón. En sus fuentes respectivas, las seis leyendas son sólo breves anécdotas. Hearn las amplió con detalles referentes a los usos, costum­bres e ideas orientales, y las narró con arte rebuscado, en estilo imaginativo y volun­tariamente poético, como era usual entre muchos postrománticos anglosajones de fi­nes del siglo XIX.

N. di Pietro