Comedia en tres actos y en verso publicada en 1637. La comedia tiene un carácter claramente burlesco, y su título constituye el amenazador estribillo del protagonista.
Don Lucas del Cigarral, un engreído presuntuoso con el cual se introduce en el mundo de los personajes teatrales el divertido tipo del burlado satisfecho de sí mismo, gracias a sus grandes riquezas, ha concertado un matrimonio con doña Isabel de Contreras, hija de un hidalgo pobre. Siendo feo y desconfiado, decide casarse con la joven por poderes, y se hace representar por un primo suyo, don Pedro de Toledo, quien deberá acompañar a la esposa sin hablarle y obligándole a llevar el rostro cubierto por una máscara. Pero durante el viaje don Pedro logra reconocer en doña Isabel a una joven a la que en cierta ocasión salvó la vida y de la que se enamoró sin saber quién era.
Entonces el joven olvida la palabra dada a su primo, se declara a doña Isabel y, después de muchas peripecias, a don Lucas no le queda más remedio que ser generoso y permitir el matrimonio de los dos enamorados. Motivos burlescos divertidísimos vivifican la leve trama de la obra, entre los cuales, los más logrados, son el recibo con el que don Pedro debe tomar en depósito del padre a su futura espesa y la declaración de amor que el mismo don Pedro hace a Isabel en nombre de su fatuo primo. Pálidas imitaciones de esta comedia, que es una de las más originales del teatro español, son el Don Bertrand de Cigarral (1650) de Thomas Corneille y el Don Japhet d’Armenie (1653) de Paul Scarron.
A. R. Ferrarin