[Heinrich und Heinrichs Geschlecht]. Drama representado en 1896. Aunque la fórmula teatral de Wildenbruch no haya salido nunca de un fondo retórico de experiencias exhaustas, tuvo en los últimos veinte años del siglo pasado un extraordinario éxito, debido al favor de la corona y del gran mundo militar y burocrático. Su teatro constituye de hecho la exaltación de los Hohenzollern y la exaltación de la Marca de Brandeburgo (es decir, Prusia) en la historia alemana. Enrique y la estirpe de Enrique es su mejor obra.
Se divide en dos partes: Enrique rey y Enrique emperador. En la primera vemos la entrada triunfal en Worms del joven rey Enrique que ha vencido a los sajones rebeldes. La negativa de Gregorio VII de coronarle emperador si antes no hace enmienda de sus simonías y de su lujuria, llega para turbar la fiesta. Enrique responde amenazando derribar al fraile Hildebrando del trono de San Pedro. Desde este instante es la lucha sin cuartel, el rápido abandono por parte de los germanos de su rey excomulgado, la humillación de Canosa, la breve reconciliación, las nuevas hostilidades, la toma del Castillo de Santángel, la muerte de Gregorio VII (transportada allí y anticipada por comodidad escénica).
En la segunda parte Enrique IV es coronado por el antipapa Clemente III, pero su primogénito Conrado le abandona para ir como peregrino a Tierra Santa, pese a que el padre hace una elocuente defensa de su propia conducta, que tiende al bienestar del país, a la prosperidad de sus aldeanos y artesanos, a la liberación de la pesadilla de una Roma papal que pesa sobre las conciencias y los espíritus (y esta era la famosa tirada aplaudida del drama, que no carecía de cierto calor). La sublevación de su otro hijo (que será más tarde Enrique V, y reanudará con el papa Pascual los conflictos de su padre con Gregorio VII) destroza las últimas energías de Enrique IV, ya viejo y fatigado, que muere augurando acertadamente la grandeza de su país. El drama «impregnado de legalismo y de tendencias profundamente tradicionalistas» resulta algo extraño para un lector moderno. Pero refleja con evidencia el espíritu dominante en amplias; corrientes de la conciencia nacional germánica después del 70.
B. Allason