[Elsi, die seltsame Magd]. Es una de las más hermosas y famosas novelas breves de Jeremías Gotthelf (seudónimo del pastor protestante suizo Albert Bitzius, 1797-1854). En una treintena de páginas se narra la extraña suerte de Elsi, hija de un rico molinero, que, reducida a la miseria por la vida disipada del padre, se ve obligada a buscar trabajo en una granja alejada de su país, donde nadie la conoce. La laboriosidad y la extraordinaria seriedad de la hermosa muchacha forastera suscitan en todas partes interés y admiración.
Por ello no le faltan a Elsi pretendientes; entre otros, el serio Christen, rico aldeano que hasta aquel momento había mirado a las muchachas sólo con desconfianza y sospechas. También Elsi se aleja de él, aunque no sea completamente indiferente a sus palabras, porque su orgullo le impide confesar las malas acciones de su padre. No se atreve a salir de su desdeñoso silencio ni siquiera cuando Christen le pide que se case con él antes de marchar a la guerra. Sólo cuando los franceses amenazan directamente Suiza, la inminencia del peligro le revela claramente la grandeza de su amor por Christen y entonces le sigue de pueblo en pueblo, exponiéndose a todos los peligros de la guerra y de la invasión, hasta que le alcanza precisamente en el campo de batalla, a tiempo para morir con él, después de haberle confesado su amor.
La novela pasa insensiblemente de un tono realista-narrativo a una altura épica extraña a cualquier elemento contingente, y la concisión del relato, carente de las divagaciones habituales en este escritor, contribuye a aumentar la fuerza del tono, que va en un crescendo constante hasta el final, cuando la muerte de ambos amantes conmueve a los mismos enemigos que lamentan no haber sabido antes «lo que ellos eran el uno para el otro».
A. Manghi