Comedia del gran escritor español Miguel de Cervantes Saavedra (1547-1616), cuyo título, a juzgar por el prólogo de las Ocho comedias… (v.), debería ser Los tratos de Argel. No fue publicada hasta 1784, por Antonio de Sancha; en 1932 Schevill y Bonilla la editaron según un manuscrito de la Biblioteca Nacional de Madrid y teniendo presentes las variantes de la edición antes mencionada.
La comedia, por lo que se desprende de su estilo y de algunas citas de ella en otras obras, pertenece al primer período de Cervantes. Trata el tema del cautiverio sufrido en las prisiones sarracenas, tema interesante por lo que puede contener de recuerdo y relación autobiográfica y por ser, además, una constante del autor (v. Los baños de Argel, El amante liberal). A base de una serie de cuadros (faltos hasta cierto punto de ilación, lo cual ha dado lugar a que tan pronto se dividiera en cuatro como en cinco jornadas), nos presenta los azares del cautiverio de los cristianos Aurelio y Silvia. La trama se desarrolla a base del procedimiento, caro a Cervantes, de los amores cruzados: la pasión de Zara por Aurelio y la de Izuf por Silvia.
A pesar de su forma artificiosa, la comedia contiene algunas escenas llenas de colorido y de vida, y en algunos momentos consigue gran emotividad, sobre todo cuando trata del estado de cautiverio, del amor a la patria y a la Virgen. Cuando Aurelio prorrumpe en lamentaciones sobre su condición de cautivo: «¡Triste y miserable estado!/¡Triste esclavitud amarga,/donde es la pena tan larga/cuan corto el bien y abreviado…! ¡Cifra de cuanto dolor/se reparte en los dolores,/daño que entre los mayores /se ha de tener por mayor!», Cervantes debía recordar su tiempo pasado en tales condiciones y seguramente se introduce él mismo en la comedia bajo la figura del soldado Saavedra.