Novela del escritor español Pío Baroja y Nessi (1872-1956), publicada en 1903. Si Zalacaín el aventurero (v.) es una novela joven, abierta, sana, ésta es la historia de un turbio rincón de la historia humana y de una existencia incongruente e insana, la de don Ramiro, junto a la poderosa voluntad de vivir y de ser bueno de su hermano don Juan, el Mayorazgo de Labraz. En el prólogo de la novela, el autor refiere su visita a Labraz, pueblo de la antigua Cantabria. La descripción, como todas las de Baroja, es muy buena; sabe ver el pasado en las piedras que se ofrecen a su vista. En la plaza del pueblo, la Plaza Mayor, encuentra a unos ancianos que parecen los supervivientes de un tiempo remoto; uno de ellos le cuenta la historia de Labraz, y cómo ha ido quedándose al rezago de la ciudad nueva que, por obra y gracia del tren, ha nacido más allá de sus muros… De una iglesia próxima sale una pareja: hombre anciano y mujer madura. Él es ciego, y se apoya en ella… Son el mayorazgo de Labraz y su esposa. De los dos ancianos informadores uno es inglés, e invita al autor a ir a su casa. En ella, después de brindar por innumerables grandes hombres de nuestra patria, el inglés entrega al autor un le-gajo: es una novela escrita por él y que transcurre en Labraz. En ella se narra el episodio sombrío de la vuelta de don Ramiro, hijo adoptivo de la madre del mayorazgo, con su esposa a Labraz. La tragedia de esta esposa, y del hidalgo ciego, y de las demás criaturas que cruzan su camino con el de don Ramiro, tiñe de duelo las páginas de la novela del inglés, testigo y a veces protagonista de lo que cuenta. La dura tierra vasca, si bien verdeante y florida, surcada de ríos y de arroyos, cruza ante los ojos del lector; asimismo sus personajes son ásperos, dados a la aventura y al riesgo. Figuras de mujer, delicadamente tratadas; de hombres extraños y de pequeños monstruos enfermizos; situaciones violentas… La novela del Mayorazgo de Labraz es de gran interés para quien quiera conocer, singularmente, cómo siente a su tierra y a sus gentes el vasco universal Pío Baroja. Sobre todo, el paisaje; exterior y de criatura adentro.
C. Conde