[Le livre de mon ami]. Bajo este título recogió y publicó en 1883 Anatole France (François- Anatole Thibault, 1844-1924), las memorias de su primera infancia, creando el personaje ficticio de Pedro Noziére (v.). El mismo disfraz novelesco demuestra que estos recuerdos no pretenden una veracidad fotográfica sino que más bien son delicadas variaciones sobre temas autobiográficos. El autor, situado, como él mismo dice «en medio del camino de nuestra vida» se complace en evocar la edad fabulosa de la infancia en una serie de cuadros aislados, en los que la alucinada precisión del recuerdo aparece alegremente ornada de agudas consideraciones propias de la edad madura.
Más que el íntimo desenvolvimiento del alma del pequeño Pedro estas páginas se esfuerzan en ilustrar, con caprichosas reiteraciones, la historia de sus contactos con el mundo; dibujan con un estilo de gracia refinada las figuras de los primeros amigos, de los padres y de los conocidos, tal como pueden aparecer a los ojos de un muchacho de cinco a siete años. El pequeño Pedro observa y juzga; y sus juicios son completados por el autor merced a los descubrimientos de una experiencia más madura, a fin de ofrecer una serie de cuadros exquisitamente sugestivos por su precisión mítica. El rasgo característico de estas memorias de France, como el de las que luego reúne con largos intervalos en otros tres libros semejantes (v.) Pierre Noziére, Pedrito y La vida en flor) se caracteriza en conjunto por una especie de impersonalidad que muestra a perfección la naturaleza íntimamente cerebral de su arte; las páginas que más se ^recuerdan no son aquellas (por otra parte bastante escasas) que nos evocan los hechos y los gestos del pequeño protagonista, sino las dedicadas a los diversos personajes de la infantil comedia mundana. En este sentido y dentro de dichos límites, cabe destacar algunos capítulos del libro, y no sólo como dignos de figurar entre lo más exquisito de la obra de France sino de la prosa francesa moderna («Marcelle aux yeux d’or», «La Grand’ Maman Noziére», «La Dame en blanc»).
A esta primera parte de la obra, que se titula Le livre de Pierre, sigue otra serie de ágiles capítulos bajo el nombre de La livre de Suzanne, en los que France pretende reproducir las observaciones de su «alter ego» Pierre Noziére, que ya se ha convertido en hombre y padre de familia, respecto a su hijita Susana. Pero aquí la ficción parece haber agotado la fantasía del narrador, y estas páginas, si bien no carecen de gracia elegiaca, palidecen en comparación con las primeras.
M. Bonfantini