El Libro de los Versos, Arrigo Boito

[Il libro dei versi]. Libro de poemas de Arrigo Boito (1842-1918), publicado en Turín en 1877. Está dividido en dos partes. El Libro de los versos es un típico documento literario del movimiento poético milanés conocido con el nombre de «scapigliatura».

Comienza con «Dualismo», que muestra el contraste entre el gusano y el ángel, las aspiraciones y la realidad (pero en medio de tanto dolor res­plandece alta la visión del arte, «Che forse in cielo ha’ norma,/Franca dai rudi vincoli/ Del metro e della forma») y termina en el amargo desengaño de haber vivido inútil­mente. Son célebres las poesías a sus com­pañeros de lucha literaria: «A Emilio Pra­ga» muestra el espanto ante la ruina de todos los ideales, mientras los pensamientos van hacia la muerte «come l’acqua al pen­dio», y «A Giovanni Camerana» enaltece la búsqueda poética, como única solución de la vida, aun entre tormentos y negaciones («Torva è la musa. Per l’Italia nostra/Corre levando impetüosi gridi/Una pallida giostra/Dipoeti siucidi/Alzan le pugna e mos­trano a trofèo/Dell’Arte loro un verme ed un aborto,/E giocano al paléo/Colle teste di morto…/E il mondo ancor più sterile, o fratello,/Ci fa quel voi di poesia stu­pendo, E non trovando il Bello/Ci abbranchiamo all’Orrendo»). Con un sentido de lo macabro y de lo insólito, que narra en un continuo contraste de lejano Origen baudelairiano (v. Las flores del mal) el romanti­cismo de Boito se manifiesta a través de visiones de la realidad cotidiana como, por ejemplo, en «Lezione d’anatomía».

Pero más que abandonarse al hechizo de imaginar crudezas y asperezas al modo de un Praga o un Tarchetti, Boito dirigió la mirada con preferencia a cosas tenues y legendarias, así en «Castello antico» en «A una mummia», en «Un torso», en «Georg Pfecher: An. Dom. 1507» o en «Case nuove» el pasado, desde la Edad Media feudal al Egipto antiguo, desde la alemania del siglo XVI al mito de Venus y a una Milán de pocos decenios atrás, ofrece un espectáculo mara­villoso para quien sepa interpretar toda la variedad de modos y de vida. En estos ras­gos rápidos pero llenos de íntima musicalidad Boito revela mejor su naturaleza de descriptor imaginativo, abandonado a los pormenores más que a la armonía del con­junto de una visión. Libre fantaseo, más que en otra cosa basado en refinadas varia­ciones de metros, es el Re Orso que sigue al Libro de los versos y se puede conside­rar como una colección de poesías todas a tono con la exaltación de extrañas y miste­riosas historias. Dividida en dos leyendas — «Orso vivo» y «Orso muerto» — esta obrita muestra en la isla de Creta, antes y des­pués del año 1000, a un rey cruel y -extra­vagante que, con ayuda del juglar Papiolo y del cocinero y verdugo Trol, realiza in­creíbles fechorías para escapar a la pesa­dilla de su existencia.

Noche y día se ve perseguido por una horrible visión: la de los gusanos que le roerán, y en el amor y en el poder intenta vencer todas sus aluci­naciones. Pero todo es vano, y muere des­pués de una macabra confesión y ante el estupor de su pueblo. Finalmente, después de un secular viaje, un gusano misterioso y diabólico consigue llegar a Creta y roer el cuerpo maldito del tirano. Esta composi­ción escénica entremezclada de poesías y hasta de alguna parte en prosa, muestra una refinada maestría en su métrica, una viva­cidad muy ornamental y musical que ex­plica la naturaleza de Boito y tiene una razón de ser; en realidad Re Orso no parece sino una variación lírica más que añadir a los versos precedentes, y hasta pone en evidencia su tema inspirador, más como pre­texto de descripciones que como íntima meditación de poesía.

C. Cordié