El Insomne, Amalia Guglielminetti

[L’insonne]. Colección de poesías de Amalia Guglielminetti (1885- 1941), publicada en Milán en 1913. Sus temas no difieren sustancialmente de los de Se­ducciones (v.), pero su tono es más exaspe­rado y su metro más monótono: el dístico elegiaco. Se trata aquí también de páginas autobiográficas cuya insólita sinceridad, unida al ostentoso levantamiento de todos los velos que encubren la intimidad feme­nina, suscitó un escándalo y una admiración excesivos. La protagonista sigue siendo la mujer que mira con insaciable curiosidad en el espejo su rostro y su alma, atenta a captar todas las formas y todos los matices de uno y otra, en el juego siempre igual y siempre diverso del amor: inquietudes e insomnios; sensibilidad morbosa «que dilata /con el ansia del sueño la vida»; tristeza de la soledad; fugaces deseos de muerte y avi­deces perennemente renacientes que la sub­yugan al hombre «no con el blando vínculo del lánguido sueño, sino con la humana necesidad / que más se parece al hambre»; turbaciones y ficciones; promesas y olvidos, y la gloria de negarse y el temor de entregarse toda; y las huidas y los regresos sazo­nados con el acre gozo de los celos; y siem­pre ante los hombres, «el orgullo humillante /de sentirme yo la más fuerte».

A su héroe, a quien tanto se asemeja, a don Juan, que le sonríe desde los antros del infierno, ella envía un suspiro nostálgico; «El hombre, el rapaz eterno,/desfallece ante tu fiero ejem­plo… ¡Ah, cuánta sombra se acumula ahora/ en torno a tu gozosa guerra! ¡Desertaste de la tierra,/señor de la buena suerte!» Y más adelante, mientras se entretiene en hojear viejas cartas de amor con sutil melancolía, suspira: «Amor de los múltiples rostros/tan diversos y con todo tan iguales,/oh amor de los múltiples males, que simulan bienes tan necios». Éstas son sus voces más sentidas: de la fatiga y del tedio, de la pena estéril de quien todo lo quiere y no conserva nada.

E. C. Valla