El Infierno, Henri Barbusse

 [L’enfer]. Es el primer libro de cierta resonancia que dio fama, en 1908, al nombre de Henri Barbusse (1873-1935). Un hombre que se imagina to­davía joven, encontrándose en un cuarto de hotel se apercibe de la existencia de una vasta grieta en la pared, que le permite ver, sin ser visto, y oír cuanto ocurre en los dos cuartos vecinos. Asiste’ así a la vida íntima de una serie de gente desconocida, de personas que, aun siendo para él anóni­mas, le ofrecen un símbolo de la humanidad entera. Los cuadros y las escenas se suceden sin orden aparente: litigios, amores, solita­rios desfogues sentimentales, meditaciones, intrigas, toda una serie de episodios imagi­nados y descritos en tono fosco y patético, en estilo intrincado y un poco oscuro, pero de innegable eficacia. Algunos pasajes (la muerte del canceroso, el amor de unos adolescentes) resultan particularmente su­gestivos, se imprimen en la memoria del lector con la extraña fijeza de ciertos sue­ños. También las «conversaciones» de estos efímeros personajes alcanzan a veces sin­gular intensidad de expresión. Por la auda­cia y la brutal franqueza de ciertos cuadros, el libro produjo un gran escándalo y fue acusado de torcido pesimismo. En realidad, el joven autor, que había ya publicado un volumen de poesías empapadas de la tierna sensibilidad de un poeta crepuscular [Les pleureuses] y una melancólica novela no demasiado significativa [Les suppliants], de­mostró con este libro todo el afán de un alma inclinada al idilio, pero clarividente, que entra en contacto con la cruda y cruel realidad del mundo de los hombres. Gracias a su sinceridad, la obra, aun sin alcanzar un elevado nivel artístico, conserva un sin­gular poder comunicativo y un sabor acre y original. [Trad. española de R. Cansinos-  Assens, con prólogo de Vicente Blasco Ibáñez (Valencia, 1936)].

M. Bonfantini