El Hombre que se Encontró a sí Mismo, Luigi Antonelli

[L’uomo che incontró se stesso]. Comedia en tres actos de Luigi Antonelli (1882-1942) estrenada en Milán en 1918.

El protagonista, Luciano De Garbines, des­embarca a- los cuarenta y cinco años en una isla imaginaria, gobernada por una especie de mago, el doctor Clint, tras una larga se­rie de años melancólicos y solitarios. Sonia, su esposa, le había engañado con su mejor amigo, y él lo descubrió después de un terremoto que enterró abrazados a los adúl­teros. Para curarlo de aquel dolor del cual no ha podido liberarse, el doctor Clint hace que se desarrolle delante de sus ojos aque­lla misma escena que le fue tan dolorosa de vivir. Así Luciano, a los cuarenta y cinco años, se encuentra en sus veinticinco, ena­morado ciegamente, y Sonia, provocativa y graciosa como entonces, y el falso amigo que ha de hacer traición a Luciano sombra perenne y deseada, junto a la joven pareja. El Luciano envejecido, toma el nombre de Gregory, corteja a su propia esposa, y llega a ser su amante de una hora, pero no sabe siquiera si debe sentirse feliz; mejor que­rría que el joven Luciano le escuchase cuando le advierte que su mujer le engañará y que su amigo es un traidor.

Pero el joven no le presta oídos, y Gregory enton­ces, para darle una prueba convincente de ello, lo hace asistir, oculto, a una conver­sación entre Sonia y su amigo. Pero Sonia, sin que ellos lo adviertan ha escuchado la conversación de los dos, y entonces su colo­quio con el amante se desarrolla de manera que alegre y halague a Luciano, porque su mujer y su amigo sólo hablan de su salud y de su bienestar espiritual. Gregory se va, pues, escarnecido y burlado. La comedia definida por el autor como una «aventura fantástica» se propone demostrar amarga­mente que la experiencia no sirve, y que el hombre repite sin vacilar los errores ya cometidos, aunque una bienintencionada voz intente salvarlo. El episodio está apro­piadamente desarrollado en el ambiente fan­tástico necesario para sostener la ficción escénica del desdoblamiento, en dos perso­najes, de un mismo individuo. Tiene impor­tancia especial en la historia del teatro ita­liano, porque se origina en aquel período de feliz renovación en el cual van unidos al de Antonelli otros nombres significati­vos, y primero entre todos el de Luigi Pirandello.

G. Falco