El Hombre, Aluizio Azevedo

[O Homem]. Novela del escritor brasileño Aluizio Azevedo (1857- 1913), publicada en 1885. Es un estudio pa­tológico y de ambiente según los dictáme­nes del más rígido Naturalismo (v.). Magda, una muchacha de Río de Janeiro, huérfana de madre, vive con su padre, rico hacen­dado. Al comienzo de la narración ella hace poco que ha regresado de un largo viaje a Europa, que, a pesar de cuanto se esperaba, no le ha restituido la salud ni la alegría. En una visión retrospectiva expone el autor la causa del malestar físico y moral de la muchacha: la desilusión amorosa sufrida por el joven Fernando, criado junto a ella en la misma casa y que, al pedir al padre por esposa a la compañera de su adolescencia se entera de que él también es hijo suyo. Fernando partió también para Europa, y allá murió de enfermedad y de tristeza a los veinte años. El padre se preocupa de hallar un marido para Magda, incitado por el mé­dico de la casa, que prevé en ella una grave crisis; pero la muchacha rehúsa o no se decide a aceptar la corte de ninguno de sus muchos pretendientes, en tanto que se van agravando sus dolencias físicas y morales. Durante una excursión, presa de malestar, es llevada a su casa en brazos de un robusto trabajador, Luis, el novio de la hermana de su criada.

Desde este momento Magda vive secretamente una doble vida: de horror y de repugnancia diurna por la brutal y pri­mitiva fuerza de aquel cuerpo falto de gra­cia; de nocturno goce sexual a causa de su virilidad. Lentamente la alucinación mor­bosa de la muchacha transforma a Luis en un joven bello, señor de la isla de su amor, la Isla del Secreto, padre de un niño al que ha dado el bello nombre de Fernando. Pero el matrimonio del joven con su novia viene a turbar el mundo secreto de la muchacha. Magda invita a los dos esposos a casa para festejarles y los envenena, afirmando, ya loca, que ha querido castigar al padre de su hijo y a la mujer con ÍF que la ha trai­cionado. La novela es una de las más nota­bles expresiones de la prosa narrativa brasi­leña inspirada en la vida de las gentes de ciudad; el autor, que fue el introductor del naturalismo en el Brasil, ha documentado en muchas otras novelas (O mulato, O cortico, Mysterio de Tijuco, etc.) actitudes aná­logas de observador y de historiador de costumbres en lo que se refiere a la vida del interior. Pero alejadísimo de los maestros franceses, sobre todo de los Goncourt, el autor sacrifica demasiado la psicología con­creta de los personajes a los problemas de la sexualidad y de sus desequilibrios. Sin embargo, la novela se salva por la segura reconstrucción del ambiente social y del paisaje.

G. C. Rossi