Drama en tres actos y en verso, del autor español José Echegaray (1832-1916), representado en 1881. Un caballero de cierta edad, Don Julián, protege al joven Ernesto, al que quiere y aprecia, y cuando su hermano don Severo y su mujer le dicen malignamente que Ernesto y su joven esposa Teodora se aman, se indigna. Pero lentamente la sospecha va abriéndose paso en su corazón y, cuando se entera de que su protegido está a punto de batirse con un noble que ha insultado a Teodora, lo substituye en el duelo, es herido y va entonces a su casa. La casualidad quiere que encuentre en la casa de Ernesto a Teodora, quien había ido allí tan sólo para impedir el duelo. Después de una serie de incidentes, don Julián muere convencido de que efectivamente había algo entre los dos, y su hermano Severo quiere echar de la casa a la supuesta adúltera. Ernesto se hace entonces el campeón de Teodora: la amaba y por el afecto que le vinculaba al muerto había reprimido hasta aquel momento su amor, pero la malignidad de los hombres, que muy a menudo con sus calumnias y malintencionadas curiosidades llegan a ser unos inconscientes mediadores del amor, ha empujado entre sus brazos a la mujer prohibida y ahora esta mujer es suya.
Hay quien ha notado que Echegaray, ingeniero y profesor de matemáticas, construye sus dramas como ingeniosos teoremas en que todos los elementos están en función de la tesis, realizada casi siempre con una serie de golpes de efecto. El Gran Galeoto es su mejor drama, pero también acusa hoy las huellas del tiempo y los límites del arte de su autor. En 1904, con Frederic Mistral, obtuvo el Premio Nobel de Literatura.
A. R. Ferrarin