[Schicksalskunde im Sinne des Kulturwerdens]. Es una de las últimas obras de Leo Frobenius (1873-1944), etnólogo e historiador alemán, publicada en 1931. En este libro, Leo Frobenius intenta sacar las conclusiones generales que se desprenden de sus trabajos anteriores, realizados desde 1897, sobre las civilizaciones africanas. El propósito que le anima es el de definir la situación del mundo moderno en la perspectiva de la historia universal de las civilizaciones y, en particular, el determinar el importante papel, que jugará alemania en la nueva orientación que debe tomar, según él, el curso de la historia. Frobenius empieza concretando su aportación personal en esta esfera, y recuerda que él ha sido el fundador de la «teoría científica de las culturas». Según él, el mundo moderno se caracteriza por el ensanchamiento del globo, pero esta expansión espacial, ahora concluida, debe completarse, y ello se debe realizar con un descubrimiento del mundo en cuanto a profundidad; este descubrimiento se apoyará sobre las nuevas disciplinas científicas: arqueología, prehistoria, historia primitiva, etnografía y etnología, por medio de las cuales el hombre descubre la verdadera razón de ser de los hechos y su realidad profunda y permanente.
El autor se esfuerza a continuación en determinar las constantes que caracterizan a las diferentes civilizaciones del globo; y opina que es a causa de las relaciones del hombre con la realidad (que él opone al hecho), que aquéllas se distinguen unas de otras. Tras haber analizado dos civilizaciones que de forma evidente se definen por dos actitudes fundamentales frente a la realidad: la etíope, que es de tipo vegetal, y la hamítica, que es de tipo animal, Frobenius muestra la influencia ejercida sobre la mentalidad humana por los factores irracionales, tales como las constelaciones mitológicas y el simbolismo de los nombres. Es igualmente por esta relación del hombre con la realidad que Frobenius distingue cuatro períodos de civilizaciones: período de cultura mitológica, localizado en los océanos índico y Pacífico; período religioso y de formación de la noción de estado, localizado en el Asia occidental; período filosófico, en la Europa meridional y occidental; finalmente, período de los hechos, utilitarista, en la Europa occidental primero, en el mundo entero después. Explica en qué consiste esta percepción de la realidad sobre la que reposa la civilización: es la captación de la esencia de las cosas por el espíritu humano.
La civilización, en sí, reúne a la vez la realidad que es intuición y creación, y por lo tanto dinamismo y juventud, y el hecho, que es concepto y conservación, y por tanto estatismo y vejez. El presente desequilibrio mundial es la consecuencia de la prioridad existente del hecho sobre lo real; además la civilización mundial no será más que una caricatura en tanto que el hombre no haya superado el hecho, para alcanzar la realidad. Es naturalmente a alemania, situada entre la civilización oriental de la realidad y la occidental del hecho, a quien corresponde el privilegio de dar a la civilización mundial esa autenticidad que no ha logrado alcanzar todavía.