El Demonio Mezquino, Fédor Kuzmic Sologub

[Melkij bes]. Novela de Fédor Kuzmic Sologub (1863- 1927), publicada en 1905. Es una de las contribuciones más originales de las co­rrientes modernistas de la literatura narra­tiva rusa, una novela de análisis psicológico muy sutil, en la que lo patético se hace a veces trágico, a través de la pintura de la vulgar mezquindad provinciana y de la obsesión de las denuncias en un ambiente de terror policíaco. Peredonov (v.), el pro­tagonista de la novela, es profesor en una pequeña ciudad de provincias, donde vive maritalmente con una exmodista, Bárbara, resignada a su ordinariez, a su mal humor y a sus malos tratos, con la esperanza de llegar a ser su esposa. Una princesa, clien­te de Bárbara, ha prometido a Peredonov conseguirle el ascenso a inspector si se casa con su amante, pero sin hablarle de cuándo llegará. Peredonov duda de Bárbara, pero, a la vez, la teme. Un amigo, al que se con­fía, quisiera casarle con una de sus tres hermanas, pero Peredonov no se decide por ninguna de ellas. Comienza a estar obse­sionado por la manía del nombramiento; poco querido ya en la escuela y en la pe­queña ciudad, termina por ser detestado.

Bárbara, entretanto, se hace llegar una car­ta fingida de la princesa, que reaviva las esperanzas del profesor, sin llegar a tranquilizarle del todo. Se casa él con su aman­te, pero el nombramiento no llega; la ob­sesión aumenta hasta tomar, firmemente, forma de manía persecutoria. Peredonov teme perder su puesto, viendo por todas partes enemigos y espías. Visita a las auto­ridades para justificarse de acusaciones que no existen y, entretanto, se convierte, cada vez más, en un ser miserable: castiga a los alumnos, mata al gato, maltrata a su mu­jer. Se cree en poder del demonio, que se le aparece bajo la forma de un animal gris, turbulento, que le persigue, se burla de él y huye para reaparecer a cada mo­mento. Finalmente, su manía persecutoria se vuelve contra la única persona que le ha seguido fiel, en cierto modo, contra su amigo Volodin; sospechando que tiene la intención de matarle, en un acceso de frío furor, le corta el cuello. La novela termi­na cayendo definitivamente las tinieblas so­bre la mente del maníaco asesino. Trad. ita­liana de Ettore Lo Gatto (Foligno, 1923).

E. Lo Gatto