[Der philosophische Kriticismus und seine Bedeutung für die positive Wissenschaft]. Obra del filósofo alemán Alois Riehl, en tres partes, publicada en Leipzig en 1876-87. El primer volumen, «Historia y método del criticismo filosófico» [«Geschichte und Methode des philosophischen Kriticismus»], después de haber examinado a los precursores directos de Kant, es decir, a Locke, fundador del criticismo sicológico, Hume, fundador del criticismo escéptico y a los alemanes del siglo XVIII, Wolff, Lambert y Tetens, expone ampliamente los métodos del criticismo de Kant. Puesto que, dice el autor, criticismo y «filosofía kantiana» no son términos equivalentes, sino que Kant es solamente el máximo exponente del criticismo filosófico. «El criticismo es la destrucción de la filosofía trascendente y la fundación de la filosofía positiva», conduce la filosofía por el camino de una ciencia progresiva, la sustrae de los sueños meta- físicos para llevarla al estado de vigilia de la vida cotidiana y de la realidad.
Considerado como tal, no sigue la metafísica kantiana sino que debe a Kant tan sólo el método, consistente en la resolución de los problemas gnoseológicos de una manera independiente de todo supuesto psicológico, y en probar según su objetividad y validez lógica, los conceptos de toda experiencia en general, ya sea externa o interna. La crítica de la Razón no es crítica de la capacidad cognoscitiva, sino conocimiento en sí mismo. Las dos partes del segundo volumen, «Los fundamentos sensibles y lógicos del conocimiento» [«Die sinnlichen und logischen Grundlagen der Erkenntnis»] y «Referente a la teoría de la ciencia metafísica» [«Zur Wissenschaftstheorie und Metaphysik»], están dedicadas a la exposición de la gnoseología del autor. El conocimiento es el proceso mediante el cual un contenido puede ser determinado según una forma; ésta depende de dos factores: la representación sensible y los conceptos cognoscitivos a los cuales es relativa. El problema del conocimiento se considera, pues, como búsqueda de los respectivos límites de las dos fuentes de conocimiento, representación y forma «a priori». Como punto de partida de la gnoseología debe ser considerado el realismo, es decir, la admisión de la independencia de la realidad con el fenómeno, o sea, de la conciencia. Experiencia y forma cognoscitiva son dos momentos de la conciencia: no hay dos experiencias (interna y externa) sino una sola, con dos direcciones recíprocamente independientes.
Su dualidad queda superada dentro de la unidad idéntica de la conciencia, la cual es también la fuente de los conocimientos racionales, de las formas de conocimiento. De manera que, si bien todo el proceso del conocimiento se remite a la unidad (no psicológica) que es fuente tanto del contenido representativo, como de la forma «a priori», y las relaciones de entrambas, aquél corresponde a la realidad en sí. que con su unidad garantiza la validez del conocimiento. No se comprende cómo puede ser posible, tanto más que la admisión de una tal realidad «en sí» quiere justificarse mediante un análisis de la experiencia, o sea, todavía de la conciencia. Por lo tanto, Riehl, después de haber puesto muy bien en evidencia los caracteres fundamentales del criticismo — posición objetiva y autónoma del problema de la conciencia, lo relativo y problemático del conocimiento — y de haber visto claramente su finalidad antimetafísica, aboga por un dogmatismo realista como resultado crítico de sus análisis.
G. Preti