[O crime de padre Amaro]. Obra del novelista portugués José María de Eça de Queiroz (1845-1900), escrita en 1871, publicada en 1875 en la «Revista Universal», y como volumen, en 1876. Es la primera novela importante de la escuela realista portuguesa, que sigue las normas de Flaubert y de Zola, inaugurando uno de los temas más trascendentes del naturalismo: el problema del celibato eclesiástico y de sus consecuencias.
La acción central se desenvuelve en Leiria, pequeña, histórica y antigua ciudad del centro de Portugal, en la que está destinado, como párroco de la catedral, un joven sacerdote llamado Amaro. De pequeño, había sido inclinado por su familia a la carrera eclesiástica y por ser de naturaleza delicada y un poco enfermiza, jamás se rebeló contra los suyos, aceptando la vocación impuesta. Al llegar a Leiria, a poco de salir del seminario, vivió en la pensión de la señora Joaneira, madre de Amelia, una de las más hermosas y virtuosas muchachas de la ciudad. Frecuentaban la pensión varios individuos: el canónigo Dias. profesor de moral en el seminario y amante de la dueña, el llamado Libanigno, el joven Joáo Edoardo, novio de Amelia, y varias mujeres de dudosa moral. Amelia es de carácter débil y pasivo; aunque está prometida al joven Joáo Edoardo, se deja lentamente arrastrar hacia el padre Amaro, siguiendo una inclinación naciente. El párroco está preso también él por la simpatía y el amor de la muchacha, pero su estado le impide casarse con ella; la pasión, al principio contenida, aumenta vertiginosamente y se hace morbosa en aquel ambiente corrompido. El encuentro de los dos en una granja, revela a ambos su mutuo amor. Amaro pierde la cabeza y en vano decide evitar la convivencia con la muchacha en la misma casa, hasta que por fin la pasión estalla.
Amaro tiene momentos de terror y de escrúpulos religiosos: el pecado que ha cometido y que continúa cometiendo le asusta y le preocupa. En sus momentos de crisis, acusa a la Iglesia, confiesa la debilidad de la carne y afirma que «su amor sería legítimo en un sacerdocio con reglas más humanas». Encinta, Amelia deja Leiria. Lejos de Amaro, recibe la influencia benéfica del padre Ferraz, bella y ejemplar figura de sacerdote, que delicadamente le inclina a comprender la abyección de la falta cometida y a odiarla. Amelia se propone así emprender una nueva vida: pero el párroco reaparece para conducirla al antiguo pecado. La infeliz muchacha muere de parto, mientras Amaro compra a una medianera que se encarga de estrangular al recién nacido; luego, se hace trasladar de Leiria. El dolor que le consume le lleva a Lisboa, donde se entrega a las mujeres.
La novela es característica de la época y del ambiente: en ella resulta claro el partido tomado, netamente anticlerical. El propio autor se revela en el personaje del médico materialista, personaje secundario, que expone abiertamente sus opiniones sobre el celibato del clero y sobre las costumbres eclesiásticas en general, vistas según su pretensión «a la luz de la razón y de la experiencia». En esta primera obra muestra ya el dominio de la técnica narrativa, que en las obras sucesivas debía hacerle famoso en toda Europa. El tono de esta obra es análogo al de la de Zola, La caída del abate Mouret (v.); pero ha de tenerse presente que la novela de Ega de Queiroz es anterior a la de Zola.
L. Panarese