[Il Cortegiano]. Obra de Baldassarre Castiglione (1478-1529) escrita entre 1508 y 1516, y atentamente corregida hasta 1528, año en que fue publicada. El Cortesano, uno de los libros más conocidos y más representativos del Renacimiento italiano, desarrolla en cuatro libros las conversaciones que tuvieron lugar, durante cuatro noches seguidas, en la corte de Urbino; tienen el papel de interlocutores algunos de los más ilustres personajes de la época, entre los cuales la duquesa Elisabetta, la princesa Emilia Pió, el cardenal Bibbiena, Cesare Gonzaga, Bembo, Giuliano de’ Medici, Ludovico di Canossa, Federico Fregoso, y el Aretino.
El diálogo se basa en la propuesta, formulada por Fregoso, de dedicar el «juego» de la velada a «formar con palabras un perfecto cortesano», o sea, como se dice más claramente al principio del primer libro, a describir la «forma de cortesanía más conveniente al gentilhombre que vive en la corte de Príncipes» y, en la variedad de las costumbres de las distintas cortes de la cristiandad, «elegir la más perfecta, la flor y nata de esta cortesanía». En el primer «juego» o diálogo se habla ampliamente acerca del nacimiento y de la variada educación del gentilhombre; en el segundo, de sus calidades como hombre social y de su actitud en las distintas circunstancias; el tercero dibuja el ideal de la perfecta dama de palacio; el cuarto trata de las relaciones del cortesano con el príncipe, y se cierra con una disertación sobre el amor platónico, disertación llevada a cabo por Bembo, el teórico más acreditado en esta materia. El diálogo se desarrolla con un ritmo armonioso, abierto, sereno, y resulta moldeado por el elegantísimo «decoro» que fue el ideal del Renacimiento italiano, y en que también el pensamiento se presenta como sublimación de una sociedad cultísima y refinada.
Por este tono íntimo, por esta atmósfera de serenidad olímpica de la suavidad intelectual del diálogo, el Cortesano, junto con El Príncipe (v.) y El Orlando furioso (v.), es uno de los libros más directamente reveladores del espíritu y del gusto del Renacimiento: ciertas digresiones tienen además un interés histórico literario más directo, como las observaciones sobre la «gracia» y sobre la música, o, en la dedicatoria, las observaciones sobre la necesidad de no despreciar «la costumbre del habla» de las distintas ciudades italianas, aunque no tos- canas, con que Castiglione entra, y con una intuición muy moderna, en las encarnizadas disputas lingüísticas del tiempo, formulando la tesis opuesta a la del toscanismo y del florentinismo más violento. El Cortesano es al mismo tiempo un tratado de buena crianza y un código; el código de finura de pensamiento y del gusto hecho elegancia y refinamiento de las costumbres. El cortesano, tal como lo dibuja Castiglione, es un tipo, y ni el ambiente ni los personajes tienen vida; pero se trata de algo muy natural si se piensa en el íntimo carácter de esta obra, en la que no se retrata una sociedad, sino que se forja poéticamente, se toma podría decirse libre de sus aspectos episódicos y contingentes, elevándose a mito ejemplar, a obra de arte viva, en un clima armonioso y sereno. [Traducciones en todas las lenguas cultas de Europa: célebres la española de Boscán (1534) y la inglesa de Sir T. Hoby (1561)].
D. Mattalía
El mejor libro que se ha escrito sobre la buena educación. (Johnson)