[Il cesarismo]. Escrito de Giuseppe Mazzini (1805-1872), publicado en la «Unitá italiana» el 17 de mayo del año 1865 y dedicado a los estudiantes de la Universidad de Palermo. Mazzini toma ocasión para tratar del Cesarismo, que para él es el Papismo aplicado a la vida política de las Naciones, de la publicación de una vida de César escrita por Luis Napoleón. Confuta, sobre todo, la teoría de origen hegeliano que enseña a los jóvenes la adoración de la fuerza. Quien acepte la orden de un nombre, sólo porque ve en él un signo de potencia, no puede cumplir ni siquiera un acto de sacrificio; la muerte del alma ha precedido en él a la muerte del cuerpo; la materia del sacrificio no existe en él. Es menester venerar la autoridad verdadera que desciende de la ley de Dios: el Genio no es más quo una fuerza, su soberanía reside sólo en el fin que propone: nosotros podemos servir a una idea, no a un individuo. César señaló el precipitarse de la agonía de Roma, realizando inconscientemente la misma obra que efectuaron no mucho después los bárbaros triunfadores. Teniendo en cuenta la diversidad de los tiempos y los pueblos, se puede afirmar que Alejandro, César y Napoleón, tuvieron la misma misión: no iniciaron una época, sino que la terminaron. Hoy alborea una tercera época: la de la vida colectiva, de la Asociación de la Humanidad, frente a la cual el cesarismo es doctrina condenada e inaplicable. Este escrito termina con un juicio ásperamente hostil contra Luis Napoleón, autor de la Vida de César: «él ha creído escribir su propia vida y justificar ante la posteridad, con aquel ejemplo, su propia violencia… Sin chispa de genio, con el solo mísero ingenio del mal, y fuerte únicamente por la corruptela y por el miedo de los demás, morirá sin dejar dinastía».
B. Ceva