Comedia en tres actos de Lope Félix de Vega Carpió (1562-1635), publicada en Madrid en 1617. Es una de las más célebres comedias de Lope, inspirada en una narración (VIII- 10) de Boccaccio. Lucindo, rico mercader español, desembarca en Palermo en compañía de su criado Tristán. Fenisa, mujer tan hermosa como hábil en engañar a los mercaderes, fijándose en el joven, piensa hacer de él su víctima y le aborda, poniendo en acción todas sus artes de engañadora. Lucindo al principio sospecha, pero muy pronto se rinde, fascinado por la belleza de la mujer y por sus modales de gran dama. Fenisa le invita a comer. Intuyendo la desconfianza del joven, puesto en guardia por el criado, decide en este momento iniciar su juego más astuto. Le hace muchos regalos sin aceptar nunca nada en cambio, y el joven cae en la trampa. El primer acto concluye con un hecho nuevo, extraño a la novela: Fenisa se da cuenta con dolor, que está a punto de enamorarse de un oficial, Don Juan de Lara, joven bello y delicado, recién llegado de España (pero, que en realidad, es una muchacha disfrazada de hombre, que ha ido a Sicilia en busca de su prometido Albano). El segundo acto empieza con un diálogo entre Lucindo y el criado. Tristán trata aún de insinuar sospechas en el ánimo de su amo, pero las voces de la razón quedan dominadas por la pasión que la belleza de Fenisa ha despertado en Lucindo. Todas sus dudas desaparecen cuando la doncella de Fenisa, Celia, le trae regalos de finísima lencería, asegurándole que su señora muere de amor por él.
Se desarrollan entonces las vicisitudes entre Dinarda (el falso Don Juan) y Albano y los amores de Fenisa y el supuesto Don Juan. Escenas de amor entre un alboroto de criados malgastadores, alegres y burlones, en contraste con la nota ascética y pesimista de Tristán. En la segunda parte del segundo acto se reanuda el hilo principal. Fenisa narra entre lágrimas que un hermano suyo ha sido condenado a muerte y que necesita para salvarle una fuerte cantidad de dinero. Lucindo, compadecido la cree y le hace entregar todo el dinero ganado en los negocios* que acababa de cerrar. En cuanto Fenisa tiene el dinero en la mano, sin muchas ceremonias muestra su verdadera cara y rechaza a Tristán y a Lucindo que reclaman su haber. Éstos, habiendo comprendido que han sido engañados, marchan al fin entre escarnios y gritos. Las escenas iniciales del tercer acto tienen escaso valor artístico: riñas entre Dinarda y sus dos compañeros a quienes se unen más tarde Fenisa y Celia, Albano y Camilo. El asunto se complica ahora y se diluye. Llegan al puerto dos personajes, uno de los cuales es Lucindo, todavía resentido por la fea aventura que le ha ocurrido meses antes y con ánimo de vengarse, y el otro un caballero misterioso que continúa como tal hasta el fin de la comedia. Lucindo, con una treta, consigue arrancar a Fenisa, sus dineros y marcha velozmente, por miedo a las garras de la mujer. El otro en cambio (que luego se descubre que es el hermano de Dinarda), permanece allí y será causa del feliz término del problema amoroso entre Albano y Dinarda. Fenisa queda sola, burlada por Lucindo, desengañada en el amor, y abandonada por todos.
La figura de Fenisa es el centro en torno al cual gravita toda la comedia. Fenisa tiene una personalidad muy acusada: es una criatura elemental que pasa de uno a otro extremo y en todo cuanto hace pone los cinco sentidos: en el amor o en el odio vengativo, que pronto desaparece para fundirse en un nuevo y tierno amor, como en el placer con que le gusta jugar inteligentemente con sus víctimas menos ingenuas. Sin embargo, también los personajes de segundo plano de esta comedia son figuras vivas y completas: de modo que El anzuelo de Fenisa constituye, sin duda, una de las mejores comedias de la vasta producción de Lope
. S. Biancalani