[Discowrs]. Fundamental documento de la actividad tribunicia de Danton, fueron recopilados primero por A. Vermontel entre sus obras en 1866 y luego en edición crítica por A. Fribourg en 1910. Entre los discursos más característicos, fundamentales para su posición política, en particular como ministro de Justicia, cuentan los pronunciados contra La Fayette (empezando por el del 29 de mayo de 1790 en la Asamblea general del distrito de los Cordeleros, y por el de 21 de junio de 1791 en el Club de los jacobinos) y otros varios contra Rolland, los girondinos y el general Dumouriez.
Danton se declara inexorable contra quienes no tengan verdadera fe republicana, contemporicen conservando amistades con traidores o de cualquier modo traten de conspirar, mientras la nación está empeñada en la lucha contra los extranjeros y los emigrados. Es importante la declaración a los tribunales del 19 de agosto de 1792; entregado a su nueva ocupación de ministro, Danton anuncia oficialmente la revolución del 10 de agosto, decidida a conquistar nuevas posiciones en favor del pueblo y de la libertad. Indica la ductilidad política del personaje el discurso sobre la tolerancia con los sacerdotes, del 20 noviembre 1792, en la Convención. Danton dice que hay que perseguir el fanatismo, sólo para alcanzar la libertad de las opiniones religiosas (19 abril 1793, en la misma Convención).
El orador recomienda que dejen al pueblo todavía no evolucionado sus creencias, y ya llegará más tarde a la verdadera conciencia de la realidad. Por el momento hay que combatir males más graves; hay que juzgar a quien ostenta el título de rey y muestra toda su culpabilidad respecto al pueblo francés; urge sobre todo combatir y exterminar la triste facción que denigra a los representantes del pueblo y trata de interceptar el camino hacia la libertad. Impetuosos y verdaderamente excepcionales por su vigor oratorio son los discursos inspirados en la gravedad del momento, cuando legitimistas y nobles juntos en el extranjero tratan de sofocar las conquistas de la revolución. El discurso más famoso es el conocido corrientemente por el de la Patria en armas (v.), del 2 septiembre 1792, en la Asamblea legislativa: Francia en peligro responderá al enemigo con la movilización en masa.
La Comuna de París defenderá con trincheras y picas su libertad. Graves problemas se presentan para la existencia de la joven nación: es preciso anexionar a Francia las provincias belgas (31 enero 1793, en la Convención), como se ha hecho con Niza, y combatir a Holanda, a Inglaterra, a todos los enemigos del nuevo Estado del pueblo. Otros discursos notables son los que versan sobre la necesidad de una instrucción pública, gratuita y obligatoria, y señaladamente acerca de la institución del tribunal de Salud pública. Se impone la intransigencia más absoluta para salvar a la nación. Famosa, en las sesiones del 2 y 3 abril 1794, es también la defensa de su conducta hecha ante el Tribunal revolucionario, que había de enviarle a la guillotina bajo la acusación de favorecer la tiranía e intrigar para la vuelta del legitimismo.
Danton, que confunde a jueces y jurados, poco antes de entrar en la sala del Tribunal recusa violentamente que se le pregunte su filiación, como a un reo cualquiera, y proclama que su residencia estará muy pronto en la nada y que su nombre será esculpido en el Panteón de la Historia. El descarnado ímpetu de los discursos de Danton es típico y, por muchos aspectos, justifica la acusación de tiranía, de egoísmo y de política personal; pero sobre todo el complejo mundo de este revolucionario, vulgar y violento cuando habla al pueblo, y tan consecuente con sus principios como cauto observador de la realidad contemporánea y de las condiciones de Francia, predomina la figura del patriota, de quien ha creído inflexiblemente en los destinos de una nueva nación decidida a luchar por la libertad.
C. Cordié