[Dialoghi politici]. Obra de tono polémico publicada en 1666. Dedicados a los senadores de la república de Berna, estos Diálogos políticos, o sea la política que usan en estos tiempos los príncipes y las repúblicas italianas para conservar sus estados y señoríos [Dialoghi politici, o vero la Política che usano in questi tempi i prencipi e le repúbbliche italiane per conservare i loro stati e signorie] «recogidos de algunas conferencias habidas entre un embajador de una república y un ministro de los estados de un príncipe», constituyen un singular documento de la vivacidad estilística del célebre aventurero.
La obra se divide en dos partes, cada una de ellas de diez diálogos; van precedidos de un diálogo entre autor y lector, en que se explica la razón del nuevo examen político. Se trata de una gran reseña de las costumbres del tiempo, sobre la cualidad de la política de los príncipes y de las repúblicas y «cómo es más difícil ejercerla en los tiempos presentes que en los antiguos», sobre las cualidades de los favoritos y sobre su utilidad, o más bien sobre el perjuicio que ocasionan a los príncipes. Expuestas las inclinaciones políticas de los italianos, discurre de manera particular acerca de las ventajas de ser súbdito de un príncipe o ciudadano de una república, sobre la ventaja de no dejar a nadie amplia libertad para- «hablar de cosas políticas concernientes al Estado».
Interés particular ofrecen las páginas sobre la política italiana, la cual según las necesidades del momento, se mantiene neutral, o se inclina a Francia o a España. La parte segunda (precedida de un aviso del impresor que refiere el juicio de un embajador sobre la obra, digna de estar siempre abierta sobre la mesa de los príncipes) tiene singular interés por las afirmaciones casi completamente contrarreformistas: dice que los príncipes contemporáneos no pueden ser tiranos en cuanto que temen al pueblo y que de ahí nace la necesidad de gobernar con clemencia y sagacidad.
Junto a estas partes teóricas, en realidad más inspiradas por un moralismo exterior que por una real sagacidad política, se hallan algunos apuntes históricos sobre la política italiana del XVII, sobre Saboya, sobre el duque de Toscana, sobre la república de Génova, sobre el ducado de Mantua, sobre la república de Luca y sobre la obra del obispo de Trento. Es interesante una reseña acerca de la manera cómo los eclesiásticos ejercen la política en todo el universo, mediante un profundo conocimiento de la vida social y un organismo verdaderamente práctico adaptado a las exigencias del mundo. La obra de Leti, polígrafo a menudo ligado al éxito del momento, aunque no carece de genio para valorar los factores históricos, puede interesar por la manera cómo trata de los factores políticos de la Contrarreforma. A
nterior a la vida aventurera del autor y a su estancia en Ginebra, la obra mantiene, todavía cierto equilibrio en el modo de presentar los hechos y en la manera de argumentar sobre los dictados políticos y sociales. Escasísimo en pensamiento crítico, sólo tiene valor como documento histórico, pero es el testimonio de un temperamento desordenado y complejo: el autor, sobrino de un obispo y destinado a la vida religiosa, bien pronto se estrellará contra la Iglesia y buscará híbridamente y sin convicciones íntimas una nueva vida espiritual entre las doctrinas de los reformados.
C. Cordié