Años después de publicada La muerte del cisne (v.), comenzó a editar, en Buenos Aires, en ediciones primorosamente ilustradas en colores por el artista argentino G. López Naguil, sus Diálogos olímpicos. El primero de éstos, titulado, «Apolo y Dionisos», terminado el 1.° de abril de 1918, fue publicado en 1919. Poco después apareció, en el mismo año, el segundo diálogo, que se titula «Cristo y Mannon». El tercer diálogo, que llevaría por título «Palas y Afrodita», no fue terminado por Reyles.
Los tres diálogos son como una resonancia idealista y filosófica de los tres capítulos de La muerte del cisne; en ellos Reyles modifica su anterior concepto materialista del mundo, del hombre y de la vida, y rinde homenaje al Derecho, a la Libertad y a la Justicia como elevadas expresiones del espíritu humano. Esta reacción ideológica tuvo su arranque en ocasión de la Primera Guerra Mundial. El primer diálogo es como el reverso ideológico de «la ideología de la Fuerza»; así como el segundo diálogo, lo es de «la metafísica del Oro», ambas desenvueltas con pensamiento nietzscheanó en La muerte del cisne. En Diálogos olímpicos, Reyles intenta conciliar «su energética capitalista con ciertos principios éticos del idealismo tradicional».
J. Pereira Rodríguez