Escrito teórico impreso por vez primera en 1542. El protagonista de la discusión es Pietro Bembo, el famoso codificador de la cuestión lingüística con sus Prosas sobre la vulgar lengua (v.). Bembo repite aquí los principios de su teoría, que situaba a Petrarca y Boccaccio como los mejores autores en la poesía y la prosa italianas, haciendo converger en el estudio de estos grandes modelos la atención que antaño se orientaba casi exclusivamente hacia los humanistas latinos y los escritores antiguos.
Algunas ideas de Bembo aparecen aquí expuestas con especial interés: la diferencia entre la «lengua» como hecho físico y el «estilo» como hecho poético y literario; igualmente, la importancia de los grandes autores de la literatura italiana. Así, en pleno siglo XVI, el «clasicismo vulgar» aparece ya considerado como una conquista lograda por la crítica, y en muchos aspectos se muestra el fruto más firme de la idea del Humanismo. La importancia de la obra de Speroni estriba en haber planteado con seguridad absoluta el pricipio de la originalidad de los autores italianos, aunque sea siguiendo una tradición cultural que llevará a acentuar las posiciones de un aristotelismo dogmático en contraste con el gusto de los tiempos nuevos.
En este diálogo, la posición sostenida por el humanista Lazzaro Bonamico, sobre la inferioridad de la lengua vulgar, es declarada errónea inmediatamente; otro personaje histórico, el filósofo Pietro Pomponazzi, le combate con vivas palabras, discute todas sus objecciones: los reinos y los hombres cambian, mientras las lenguas se ajustan a los tiempos, afirmando nuevos idealismos y nuevos sentimientos. El tratado de Speroni, que tuvo pronto gran difusión incluso en el extranjero, proporcionó la idea fundamental y numerosos elementos a Du Bellay, para escribir en Defensa e ilustración de la lengua francesa (v.).
C. Cordié