Después del Crepúsculo, Arturo Graf

[Dopo il tramonto]. Volumen de poesías de Arturo Graf (1848-1913), publicado en Turín en 1893. Llena del tétrico pesimismo que do­mina en Medusa (v.), también esta colec­ción se inspira en los angustiosos símbolos de la muerte, del horror y del misterio. Soles que se ponen en abismos de sombra y de espanto, florestas que se estremecen bajo la faz ensangrentada de la luna, pá­lidos paisajes de Aqueronte, fantasmas de monjes en pena, máscaras de amantes ate­rrorizados, negras cavernas, castillos derrumbados y misteriosos, mágicos espejos en cuyo seno se forman imágenes de belleza y de muerte, laúdes con que las almas de los difuntos exhalan por diabólicos artifi­cios inefables armonías. Por los lívidos cie­los cruzan tétricas aves voraces, corren los fuegos fatuos por los pantanos, en el gé­lido lago burla la sílfide a los amantes muertos por ella.

Venus demonio cabalga con su sonriente séquito hacia los reinos subterráneos, en tanto que un astro muer­to rueda por los abismos cósmicos, llevan­do consigo en su vuelo rapaz a las siete lunas que contemplan aterradas el lúgubre desierto. Raramente entre las tétricas fan­tasías aparece la subida dolorosa del alma hacia la paz, o la angustia se mece y se atenúa en la soñadora armonía que, en una de las poesías más sugestivas, acompaña a la mártir, en tanto que navega, sosteniéndole sus vestidos, por el río en que la han arrojado los sicarios («La mártir»). Se acentúan, en cambio, acá y allá, los toques sarcásticos que se harán cada vez más fre­cuentes en las Rimas de la selva (v.) y que abaten rucamente el vuelo de su fan­tasía. Eco estridente que aún resuena, mien­tras que el poeta invita a cantar el santo verbo de la belleza y del amor, al cerrar el libro, donde la poesía, semejante a la fuente descrita en un soneto, perdiéndose entre los miasmas del pantano, «di accese iridi il vano aere dipinge e il quieto ver­de» [«de encendidos iris pinta el aire vano y el verde inmóvil»].

E. C. Valla