Demos, George R. Gissing

Novela de George R. Gissing (1857-1903), publicada en Londres en 1886. El protagonista es un joven obrero, fuerte, enérgico, autoritario; se llama Ricardo Mutiner, y en él reviven las revueltas y las esperanzas sociales de su abuelo paterno, muerto en una sublevación. Ricardo tiene fe en la emancipación del pueblo, y cuando, a la muerte de su tío, hereda sus riquezas, decide dedicar todos sus bienes a la causa. Los terrenos que ha heredado contienen mi­nerales; Ricardo abre una mina, cuyos tra­bajadores serán pagados razonablemente, tendrán casas bien construidas y centros de aprovisionamiento, de recreo y de asisten­cia. A su celo sincero, se une también una ambición personal: aspira a ser miembro del Parlamento para defender la causa del pueblo. Rompe su noviazgo con Emma Vi­ne para casarse con Adela Watham, de un nivel social más elevado, y por la cual no tarda en sentir un íntimo desprecio. Entre­tanto, le derrotan en unas elecciones en las que había gastado una suma considerable. Tampoco en el seno de su partido goza desde hace algún tiempo de confianza. Otro testamento de su tío, descubierto tardíamen­te, le despoja de las riquezas que creía haber heredado. Su sueño está destruido.

Ricardo vuelve a ser un simple trabajador, pero ahora es un hombre desplazado, que aspira de continuo a la celebridad. Recoge fondos para una cooperativa de combate y los pierde en una empresa fraudulenta. En vano trata de justificarse y ofrece indemni­zar a los accionistas; el griterío de la muchedumbre ahoga sus palabras: Demos se ha desencadenado y tiene sed de sangre. Perseguido y apaleado por el pueblo en­furecido, Ricardo halla refugio en casa de Emma Vine, y herido por una piedra, mue­re entre los brazos de su antigua novia. La novela, una de las primeras publicadas por Gissing, es una de las más representa­tivas de su arte. «Demos», el pueblo, es el verdadero protagonista: invisible, pero siempre presente en el desarrollo del ar­gumento, en los últimos capítulos alcanza un primer plano con toda su primordial brutalidad. Si en las narraciones preceden­tes de este escritor hay todavía una luz de esperanza, a pesar de la tendencia predo­minante hacia lo trágico y lo doloroso, en Demos y en las obras siguientes (v. El mundo de las tinieblas), especialmente en las de fondo social, el pesimismo se acentúa cada vez más, teniendo su origen, no sólo en el trastorno de un fondo sentimental, que se testimonia en la simpatía de Gissing por las ideas humanitarias de Dickens, y en la crisis social y obrera que durante aquellos años sufrió Inglaterra, crisis que tanto se reflejó en la literatura, sino que también, de modo más o menos directo, se deriva de la corriente pesimista que se di­fundió en Europa con la filosofía de Schopenhauer, con el teatro escandinavo y con las novelas rusas.

R. Barocas