Del Telescopio, Giovan Battista della Porta

[De Telescopio]. Obra de Giovan Battista della Porta (1535-1615) considerada como perdida, y hallada recientemente en un manuscrito original inédito de la Academia Nacional de los Lincei.

Bella Porta había sido para la ciencia y la filo­sofía de finales del siglo XVI un elemento terrible: en su Magia Natural (v.) había acusado a la ciencia de no saber explicar las «lentecillas de vidrio» con las que los anteojos corregían desde hace más de tres siglos los defectos de la vista; en la Refrac­ción óptica (v.) había acusado a la ciencia de olvidar demasiado un fenómeno tan im­portante, y había intentado por primera vez explicar la teoría de las lentes, en el capí­tulo «De specillis». La aparición del anteojo, a la que la obra de Della Porta no dejó de contribuir, aunque involuntariamente; la pu­blicación del Pralipomena ad Vitellionem de J. Kepler, que en 1604 revolucionó las ideas sobre el mecanismo de la visión; la intervención de Galileo, que en 1609 con­movió al mundo con los maravillosos des­cubrimientos astronómicos hechos con el anteojo; la teoría que sobre este instrumento dio Kepler en 1611 en su Dióptrica (v.), constituyen las rápidas etapas de una revo­lución científica de gran estilo, de la que ha nacido la óptica geométrica moderna, en -tanto que la óptica clásica, aunque bimilenaria, pasaba del campo de la ciencia al de la historia.

Della Porta, que en todo esto tuvo una acción promotora de primer orden, fue finalmente superado por la ola de pro­gresos. No comprende la obra de Kepler, ni tampoco comprende el anteojo; aun pre­tendiendo ser su inventor, lo califica de «una casualidad». Pero cuando el mundo cientí­fico, tras de una inútil y general oposición, cedió frente a la resistencia inflexible de Galileo, y reconoció la potencia y el valor del nuevo instrumento, Della Porta se pro­puso dar su teoría. Trabajó en ello cuatro años (1611-1615), pero la muerte le llamó antes de que pudiera dar fin a su tentativa. Las cartas en las que había fijado sus ideas, fueron recogidas y, después de algunas vi­cisitudes, hallaron asilo en la Biblioteca de la Academia de los Lincei. El editor Zanneto había incluido en un catálogo de libros de próxima publicación una obra de Della Porta, con el título De Telescopio, obra que nunca fue publicada, y cuyo manuscrito se creyó perdido.

Fue G. Gabrielle, biblioteca­rio de los Lincei, quien en el curso de sus investigaciones sobre los primeros académicos, examinó este manuscrito, hallando precisamente en él un capítulo titulado De Telescopio. Consciente de la importancia histórica del descubrimiento, se procuró la. colaboración de V. Ronchi para interpretar el texto. La transcripción, muy difícil, hecha por Maria A. Naldoni, ha mostrado que las primeras treinta cartas son el original de otra obra de Della Porta, publicada con el título de Elementorum curvilineorum; y las otras ciento veinte, que tantas son las del códice, contienen la tentativa de Della Porta para explicar la teoría del anteojo, partiendo de los principios utilizados veinte años antes en el De Refractione, para las lentes simples. Aunque el material examinadoestá muy lejos de haber resultado definitivo, ha sido posible reconstruir el plan general de la obra y sus subdivisiones; ha sido también posible establecer que la tentativa del autor, seguramente por contar ya más de ochenta años, y estar cargado de achaques y ago­tado, tenía que llevarle al fracaso.

En con­junto, de las distintas versiones de un mis­mo capítulo contenidas en las cartas, resulta claro que también él tenía esta sensación, y ello debió amargarle mucho sus últimos años, pues Stelliola refiere haberle oído de­cir con desfallecimiento, poco antes de caer en el lecho de muerte, «que la empresa del telescopio le había vuelto loco…, pues era la más difícil y ardua de cuantas había emprendido».

V. Ronchi