Obra del sabio criollo colombiano Francisco José de Caldas (1771-1816), el cual publicó esta Memoria en los números 22 a 30 del «Semanario del Nuevo Reyno de Granada» (29 de mayo a 24 de julio de 1808), precedida de una esquela dirigida a don Diego Martín Tanco y en la cual lo impone del sentido y del espíritu que informan su estudio, o sea: hasta qué punto influyen el clima y los alimentos sobre la constitución física del hombre, sobre su temperamento, sus vicios y sus cualidades. Caldas, en efecto, se sitúa, en la discusión de este tópico, en un término medio; sin suscribir las tesis extremistas de quienes atribuyen a tales factores (clima y alimentación) un decisivo influjo en la conformación psíquica del hombre, o las no menos exageradas de quienes niegan a los mismos factores naturales su influencia sobre el alma humana.
Para confutar tales tesis extremas, Caldas comienza por definir en su Memoria lo que él entiende por clima, influjo de los alimentos y constitución física del hombre, para concluir en que el cuerpo humano está sujeto a todas las leyes de la materia y en que cuando su parte material sufre alguna alteración, su espíritu participa de ella. Caldas examina luego todos los elementos que, en su concepto, constituyen el clima físico, señalando la forzosa influencia que cada uno de ellos debe ejercer en el hombre y en los animales, y demostrando, en seguida, mediante múltiples ejemplos, que, en efecto, lo ejercen. No sólo la comparación de las razas con relación a los territorios en que predominan, sino también la del estado físico y psicològici) del individuo de una misma raza, según el grado de acción de los mismos elementos a que está sujeto en el lugar que habita, dejan en el espíritu su indeleble impronta, ratificada y revigorizada luego por la convicción del entendimiento. Con sorprendente clarividencia, Caldas intuye en su «Memoria sobre los seres organizados» no pocos de los temas y problemas que la ciencia actual comprende, estudia y analiza bajo el nombre de Geopsicología.
D. Achury Valenzuela