[Defence of Usury]. Cartas escritas en Rusia por el economista y filósofo inglés Jeremy Bentham (1748-1832), editadas en el año 1787 con el título: Defensa de la usura, o Cartas sobre los inconvenientes de las leyes que fijan la tasa del interés del dinero. Bentham ataca las leyes antiusurarias, demostrando que éstas no producen totalmente los efectos saludables que se proponen, sino exactamente los contrarios. Mientras no se puede condenar a la usura, porque el propio interés permitido por las leyes ha oscilado enormemente en las diferentes épocas y naciones, según las circunstancias, por otra parte, si el indigente encuentra a un interés elevado el dinero que necesita para salir de su necesidad, es crueldad o extravagancia el impedírselo. Y, salvo el caso de imbecilidad absoluta, no hay «simplicidad» que exponga a un individuo a juzgar sus propios negocios más equivocadamente que el legislador; el cual, entre otras cosas, como no puede prever todos los casos, tampoco puede resolverlos.
Los efectos dañosos de las leyes contra la usura son: la imposibilidad en que muchos se colocan para procurarse el dinero indispensable, o la necesidad de vender desastrosamente para conseguirlo; el favorecer, en consecuencia, usuras clandestinas pavorosamente altas; el corromper las costumbres provocando la ingratitud y la traición del prestatario hacia el prestamista. La ineficacia de las leyes contra la usura está en la práctica demostrada por su inobservancia; la ley, por ejemplo, permite virtualmente la usura a título de «comisión» o de «cambio», por mediocomisiónletras de cambio o «tratos recíprocos», en los que el interés puede elevarse hasta el 13 ó 14 por 100. A la relación del interés compuesto, a los llamados delitos de «maintenance» (esto es, de adquisición de un derecho debatido que ha de decidirse por los tribunales) y al derecho afín de «champerty», el autor aplica los mismos principios, sentando «la libertad que tiene todo individuo de tomar a préstamo en las condiciones que crea oportuno». Una última carta, casi apéndice de las anteriores, está dirigida al autor de la Riqueza de las naciones, Adam Smith, con el que polemiza cortésmente sobre el argumento de los «obstáculos que la ley contra la usura ha aportado al progreso de la industria inventiva». En toda la discusión de Bentham, son notables la finura de análisis y la precisión que caracterizan todos sus escritos. Obra maestra de razonamiento y de lógica, a pesar de las ásperas discusiones que levantó al aparecer, la Defensa de la usura ha contribuido mucho a destruir los prejuicios sobre la fijación legal de la tasa de interés de los préstamos.
G. Pioli