[Pro lege Manilia de imperio Cn. Pompei]. Pronunciado el año 66, es el primero de los Discursos (v.) de Marco Tulio Cicerón (106-43 a. de C.) con carácter político. Forma parte de los discursos llamados preconsulares y fue escrito y pronunciado para que se confiara a Pompeyo el mando en la guerra de los partos y en la guerra contra Mitrídates. Pompeyo obtuvo el mando, y, acumulando tantos cargos, se convirtió, contra las intenciones de Cicerón, en el árbitro de la república. Este discurso, lleno de fervoroso amor patrio e ilimitada confianza en el valor del gran caudillo, demuestra la miopía política del autor, cuya victoria parlamentaria la aprovecharon los militares.
F. Della Corte