[De’ veri precetti della pittura]. Tratado del pintor de Faenza, Giovanni Battista Armenini (1530-1609), compuesto de un prólogo y tres libros, y publicado por vez primera en Rávena en 1587. La obra comienza con algunas consideraciones generales sobre la pintura y su división en cinco partes — a saber, dibujo, luces, sombras, color y acabado —, estudiadas en los primeros dos libros.
La esencia del arte consiste, tradicionalmente, en la imitación de la naturaleza; concepto al que se contrapone en cierto modo el de «manera», como capacidad individual de elección y organización estilística que se puede adquirir estudiando las obras de distintos y buenos artífices, o las de uno solo. El autor, de todos modos, no se preocupa de profundizar este y otros problemas teóricos — que él saca de la literatura artística corriente en su tiempo—, interesándole especialmente dar preceptos de carácter práctico, por ejemplo sobre la técnica de los dibujos, el empleo de los modelos plásticos, la manera de preparar tablas y lienzos, y otros, con numerosas anécdotas e indicaciones interesantes sobre los procedimientos técnicos de los maestros. Otras páginas contienen consejos sobre el método a seguir en los estudios y los modelos a imitar (al principio esculturas antiguas; luego, de los modernos, obras de Miguel Ángel y de sus discípulos), según el gusto del ambiente artístico toscano-romano del que el escritor deriva gran parte de sus opiniones.
El tercer libro es un pequeño tratado de iconografía aplicada, con notables consideraciones sobre los temas más aptos para decorar las distintas partes de iglesias, palacios, bibliotecas, etc. En el cuadro de la literatura artística, especialmente doctrinaria y racional, de la época del Manierismo (v.), el tratado ocupa un lugar propio como testimonio directo de los talleres de los artistas y como tentativa para recoger y transmitir la experiencia práctica de un gran período de arte, que el autor considera como ya llegado a su fin. Por cuanto está fundado sobre el convencimiento de que el arte se puede enseñar mediante reglas fijas y seguras, el empirismo de Armenini entra en el ámbito ideal del Renacimiento tardío, diferenciándose radicalmente de los antiguos recetarios técnicos de la Edad Media.
G. A. Dell’Acqua