[Dal tuo al mio]. Drama de Giovanni Verga (1840- 1922), representado en 1903 y publicado en forma de novela en 1905. La Casa Navarra está precipitándose hacia la ruina. El pobre barón don Raimondo se revuelve desde hace años entre deudas y disgustos, para salvar por lo menos su mina de azufre, único resto de la antigua fortuna, y que asegura la dote de sus dos hijas. Cuando logran arreglarle el matrimonio de una de ellas, Nina, con el hijo de Rametta, el amo del pueblo, parece que la fortuna llega finalmente a su casa. Fortuna muy dudosa, verdaderamente, ya que el esposo es un insulso instrumento en manos del vulgar usurero que es su padre, y la pobre Nina ha inmolado inútilmente en el altar del interés doméstico su amor por su primo. Sin embargo, un soplo de esperanza anima al pequeño mundo de parientes pobres reunidos para la recepción nupcial.
Pero en lugar del esposo esperado, surge el padre, que, en su última y prudente inspección, ha encontrado inundada la mina de azufre. Inútil hablar todavía de la boda… La carrera hacia el precipicio continúa. Para poner en condiciones la mina, el barón debe dejarla explotar por Rametta y aceptar un puesto de subordinado. Pero lo que más le abate, es la degradación de la otra hija, que, cansada de sacrificarse por la familia, se casa con el hombre a quien quiere Luciano, un capataz de ideas socialistas, provocador y portavoz de los obreros hambrientos. El descontento de éstos desemboca pronto en huelga y en actos de vandalismo. Los obreros avanzan amenazadores para incendiar la mina. Y entonces, de improviso, vemos a Luciano, que tiene asegurada en ella la dote de su mujer, precipitarse el primero a la puerta y empuñar el fusil, dispuesto a defender sus derechos de propietario.
Si este último rasgo episódico se tomó por el motivo principal de la obra, culpa es también del autor, que, seguramente por un gusto amargo e irónico, quiso acentuarlo con la elección del título. Esto le perjudicó, pues dio lugar a polémicas y acusaciones, absolutamente infundadas, de partidismo político, sustrayendo la atención del público al contenido poético de la obra: la lucha vana y melancólica de aquel vacilante mundo del pasado ante la brutalidad de la vida y de sus más realistas intérpretes.
E. C. Valla