[De vita populi romani}. Tratado histórico- arqueológico del cual quedan hoy más de un centenar de fragmentos, compuesto por Marco Terencio Varrón (116-27 a. de C.) y dedicado a Tito Pomponio Atico.
La obra se dividía en cuatro libros: en el primero la monarquía, en el segundo la república hasta las guerras púnicas, en el tercero hasta la revolución de los Gracos, en el cuarto hasta la guerra civil entre Pompeyo y César. Era una verdadera historia del modo de ser romano, la cual, aunque fragmentaria, nos informa bastante ampliamente acerca de las instituciones jurídicas, económicas, sociales y religiosas de los antiguos romanos con particular atención a las construcciones, a la alimentación, al vestido, a la milicia, a los espectáculos, a la moneda y a las sepulturas. A los tres primeros libros, objetivos y arqueológicos, se oponía el cuarto, en el cual, en sombrío cuadro, se mostraba la decadencia moral y social de la Roma de aquellos tiempos.
Aunque es cierto que las antiguas instituciones romanas habían cambiado en aquellos últimos años profundamente, y no para mejorar, también es verdad que Varrón, al escribir bajo la dictadura de César o, lo que era peor, bajo las prescripciones del segundo- triunvirato, echaba de menos excesivamente los buenos tiempos felices en que había pasado su adolescencia. Esta alabanza del pasado, esta representación del tiempo transcurrido como una maravillosa edad feliz, es pintura sentimental y arcàdica, en cuanto que el historiador, convertido en parcial o partidista, ignora o finge ignorar la corrupción, las luchas intestinas y los males de la historia precedente. Esta obra es continuación de la Raza del pueblo romano (v.).
F. Della Corte
No fue un historiador de los acontecimientos: fue el máximo explorador y custodio de la vida romana. (C. Marchesi)