[Dell’invenzione]. Diálogo filosófico de Alessandro Manzoni (1785-1873), escrito en septiembre de 1850 y luego recogido en un fascículo de sus Obras varias (1870). Es importante porque señala decididamente la influencia de la filosofía de Rosmini en la formación sensista de Manzoni. El gran escritor hace discutir amistosamente a dos de sus «amigos de confianza» de manera que lleguen a aclarar qué hace el artista cuando se dice que «inventa». Según los postulados de la filosofía idealista de Rosmini, Manzoni sitúa la excelsitud del arte en las ideas, en contraposición con el mundo terrenal de las cosas: de aquí se deriva la discusión de otros muchos problemas pertenecientes a la vida, a la moral, a la religión. Según la etimología latina del vocablo resulta que el artista no crea, sino que inventa, es decir, encuentra: las ideas artísticas están ya en su forma ideal en su mente, y naturalmente «ab aeterno» en la mente de Dios, sumo creador. Se demuestra así claramente (también como franco homenaje a la filosofía cristiana de Rosmini) el valor de la posición de Manzoni: una especie de platonismo dominado por la idea de Dios y de la Providencia. El diálogo, que está escrito en un estilo terso y diáfano, alude también a los problemas políticos del momento; la obra, cuya publicación no pudo evitar la censura austríaca, adquiere de este modo un carácter sutilmente polémico que lo hermana con las más meditadas afirmaciones del autor. En conjunto, en las afirmaciones sobre la limitación de la mente humana y sobre la necesidad de una filosofía que acerque a Dios con claro juicio, Manzoni sub-r raya una vez más su participación de polemista católico en las cuestiones de su siglo sin modificar sustancialmente sus posiciones de practicante y religioso.
C. Cordié