De la Defensa de la Comedia de Dante, Jacopo Mazzoni

[Difesa della Commedia di Dante], Ensayo de Jacopo Mazzoni (1548-1598), di­vidido en siete libros, publicados en Cesena, los primeros tres en 1587 y los otros póstumos. La obra se coloca dentro del marco de aquella controversia acerca de Dante, que, surgida de erróneos principios críticos en 1500, dividió durante medio si­glo el mundo literario en dos partes, con­denando unos la Commedia porque difiere de las reglas de Aristóteles, y deformándola los otros, con el fin de defenderla, para hacerla entrar en el glorioso e invio­lable lecho de Procusto. Mazzoni, que se había disgustado con estos últimos con su Discurso apologético del 1572, después de haber seguido durante más de un decenio las huellas de los adversarios, desencadena su contraataque supremo con esta maciza defensa, que fue definida por un editor como «una librería en un libro». Poema era, por unánime parecer, «imitación de acción»; por lo tanto sus adversarios se negaban a reconocer como tal la «Comme­dia», mera narración de un sueño.

Mazzoni responde sosteniendo que Dante fingió real­mente hacer un viaje espiritual, y que las visiones y los sueños son perfectamente re- presentables por la imitación poética, y que es lícita al poeta la imitación refleja, es decir, de sí mismo. Y «no fue un mal poe­ma heroico», como se había dicho, sino un óptimo poema cómico (o, si se quería mejor, una sátira). Éste hallaba sus prece­dentes en la poesía monódica griega; Vir­gilio y Beatriz, como personajes, entraban perfectamente en lo cómico; la trama era lícita a la comedia no menos que a la tra­gedia; la falta del coro era legítima; óp­tima la fábula, óptimos la invención, la disposición, la elocución, el uso de lo maravilloso y el verso. Éstos son los concep­tos esenciales desarrollados por Mazzoni; no obstante, por sus prudentes repeticio­nes, nos exponemos a menudo a perder el hilo de su razonamiento, distraídos por las largas digresiones de todo género, sofocados por el cúmulo de material erudito y las numerosas notas exegéticas referentes no sólo a Dante, sino a una infinidad de escritores italianos, latinos y griegos. Hoy esta obra, que ofrece, en común con toda la crítica dantesca de aquel tiempo, la es­casa comprensión de los ideales del poeta y de las condiciones del mundo en que vivió, nos interesa más que por otra cosa, como documento histórico de la variada fortuna de la Divina Comedia en el curso de los siglos.

E. C. Valla