De Mariano Picón Salas (1901-1963), primera edición, México, 1944. El autor ha sabido contarnos en capítulos breves, poblados de hallazgos e ideas, la historia de tres siglos de la dominación española en América. El investigador de la cultura hispanoamericana tiene en esta obra una especie de guía, de temario y programa de trabajo para la exploración de la historia de América. Estudia primero lo que él llama «El Legado Indígena»: deidades, monumentos arquitectónicos y poéticos, mitología del indio americano que sirve para fijar las señales e influencias en la historia de una herencia milenaria que nada ni nadie ha podido borrar. Examina después el fenómeno de la Conquista a través de las dos tesis históricas contrapuestas, de los complejos sociales de la época que la presenció y de una posible psicología de la empresa española en que el espíritu y la aventura supieron conjugarse generosamente. Caracteriza después los siglos XVI y XVII, el tránsito de lo europeo a lo mestizo, la pedagogía de la evangelización, la historiografía de los misioneros y las utopías sociales como índice de las inquietudes de un mundo nuevo.
Fenómenos como el de la decadencia española en la historia indiana y el espíritu de contrarreforma trasladados a América merecen la más extensa consideración. La parte central del libro la ocupan los capítulos dedicados al estudio del barroco hispanoamericano en toda su complejidad y contradicción. En las páginas dedicadas al siglo XVIII merecen dilatado análisis los problemas del humanismo jesuítico del siglo XVIII, las vísperas de la revolución y el enciclopedismo criollo. Lo verdaderamente magnífico de este libro de Picón Salas es que en él todos los hilos históricos se juntan y descubrimos el sentido de la historia cultural del Continente. Es mérito sobresaliente de la obra su gran esfuerzo de síntesis aclaradora, ya que campea por encima de la seca erudición una cultura fresca y jugosa, enamorada de sus temas. Es la historia de un período suficientemente grande y lleno de significación como para alcanzar vida propia por sí sola, ya que desde los orígenes tenemos también una explicación de nuestros días.
F. Giner De Los Ríos