[Danse macabré]. Poema sinfónico del músico francés Camille Saint-Saéns (1825-1921), sobre una poesía de Henri Cazalis «Zas, zas, zas, la muerte, cadenciosamente, golpeando una tumba con su talón, a medianoche toca un aire de danza, zas, zas, zas, en su violín. El viento de invierno sopla y la noche es oscura; salen gemidos por entre los tejos; los blancos esqueletos, en la sombra, corren y saltan envueltos en sus grandes sudarios. Zas, zas, zas, todos se agitan y se oyen entrechocarse los huesos de los que danzan. Pero ¡silencio! De pronto, abandonan la ronda, tropiezan unos con otros, y huyen: el gallo ha cantado». Todo el poema sinfónico, precedido por las doce campanadas de medianoche escandidas por el arpa, es un vals tripartito del cual algunos elementos secundarios y de enlace son repetidos en las tonalidades correspondientes y constituyen un desarrollo clásico y académico. Las onomatopeyas de la ronda, del viento y de los huesos están logradas de modo realista. Al violín solista está confiado un fácil papel concertante.
E. M. Dufflocq