[Primitive Culture]. Obra en dos volúmenes del etnólogo inglés Edward Burnett Tylor (1832-1917), publicada en Londres en 1871. El subtítulo reza: «Estudios sobre el desarrollo de la mitología, la filosofía, la religión, el arte y las costumbres» [«Researches into the development of Mythology, Philosophy, Religión, Art and Custom»]; y es una obra fundamental no sólo por la importancia filosófica dada al estudio de los pueblos primitivos, o sea, a la etnología, sino también por el estudio de las tradiciones populares, es decir, del «folklore». La obra de Tylor interesa también directamente para la historia de las religiones. Después de haber explicado los métodos etnológicos, el autor pasa a exponer los resultados de los estudios sobre la cultura y mentalidad primitiva y salvaje, la cual, aun hoy día, se conserva en los sujetos de los pueblos civilizados.
Es notable la manera de tratar la fenomenología religiosa, donde sitúa con claridad de visión la teoría animista; y son los fenómenos del sueño, del éxtasis, la enfermedad y la muerte, los sueños y las visiones, los que indujeron al hombre primitivo, según Tylor, a formarse el concepto del alma que sobrevive al cuerpo; por lo demás, el hombre primitivo consideraba todas las cosas como dotadas de alma y cuerpo. De manera que del culto a los antepasados y de la veneración de los difuntos nació la idea de los espíritus puros que por extensión fue aplicada por el hombre primitivo a toda la naturaleza. Construida de este modo la teoría general, Tylor habla del culto de los animales y del «totemismo», de las divinidades politeístas que van desarrollándose dentro del animismo, de la formación de una creencia en las divinidades superiores y en los seres supremos. No toda la teoría de Tylor conserva aún su total validez; estudios recientes han demostrado cómo el animismo, colocado por Tylor como base de toda cultura y civilización primitivas, constituye un fenómeno inherente solamente a algunos pueblos primitivos. Pero en su tiempo la teoría tuvo un gran éxito y fue adoptada casi íntegramente por los etnólogos del siglo pasado.
G. Cocchiara