[Warnung vor dem Rhein]. Poesía de Karl Simrock (1802- 1876). Este ilustre germanista, conocido por sus ediciones y transcripciones de antiguos poemas germánicos, supo, en poesías ligeras y graciosas, las Pequeñas estrofas [Standchen], cantar las alegrías y las bellezas de la vida a lo largo del Rin. Entre ellas, es muy conocida la siguiente: «Al Rin, al Rin, no vayas nunca» [«An den Rhein, an den Rhein, zieh’ nicht an den Rhein»] del 1839. Demasiado agradable es allí la vida, demasiado atrevidas son las muchachas y los hombres demasiado libres; en cuanto llegas allí te conquistan. Demasiado hermoso el país, que se engalana con los recuerdos de una antigua civilización. Del agua surgen las ninfas y Lorelei (v.) y entonces tú sigues cantando «Al Rin, al Rin», y ya no regresas a tu casa. Pequeño cuadro que nos recuerda la vida alegre de las ciudades universitarias de la Renania en aquellos años, de la que quedó una nostálgica memoria en la opereta ¡Heidelberg mío! que Colantuoni y Pacchierotti sacaron del homónimo drama de Meyer Forster.
F. Federici