Es el título de una obra histórica de Jorge Frantzes o Franza (1401-1477 aprox.), secretario del emperador bizantino Manuel II Paleólogo (1391-1425), distinguido con otros altos cargos, hasta el grado de gran logoteta. Caído prisionero de los turcos después de la toma de Bizancio, se retiró, tras de varias peripecias, a un convento en Corfú, donde compuso su historia en cuatro libros, desde los sucesos del año 1258 hasta el 1476. Es obra muy importante porque nos da testimonio de un período interesantísimo, si bien el más triste, de la historia bizantina, en el que tuvo lugar la caída de Constantinopla en manos de los turcos (1453).
Interesante es también la actitud del autor contra los latinos, los cuales afirmaban que la ruina de Bizancio era el justo castigo por su cisma. Por el contrario, Frantzes afirma que los acontecimientos políticos nada tienen que ver con los hechos religiosos, y que un día también el imperio turco tendrá su fin. El estilo es claro y simple, a menudo eficaz, especialmente cuando vibra en él el hondo sentir patriótico; la lengua hace concesiones al uso popular, más de lo que quisieran los literatos bizantinos. Frantzes, antes de emprender la obra histórica, recogió numerosos apuntes sobre los hechos históricos a los que había asistido o participado. Esta colección, que se conserva, ha sido considerada erróneamente como una segunda redacción de la Crónica, o cuando menos un extracto de ésta.
R. Cantarella