Criterio de los Estudios de Nuestro Tiempo, Giambattista Vico

[De nostri temporis studiorum ratione]. Entre las lecciones solemnes pronunciadas por Giambattista Vico (1668- 1744) en la Universidad de Nápoles (v. Dis­cursos inaugurales) ésta es la última en el orden del tiempo; fue leída el 18 de octu­bre de 1708 «habiendo determinado la Real Universidad hacer una apertura de estudios pública y solemne y dedicarla al rey con un discurso para pronunciar en presencia del cardenal Grimani, virrey de Nápoles, y por este motivo se debía imprimir». En efec­to, publicada al año siguiente, a diferencia de las inauguraciones precedentes, que per­manecieron inéditas y por lo tanto desco­nocidas, fue considerada como una obra aparte también porque la importancia del tema y la novedad de las ideas la hicieron considerar como la primera obra de su madurez.

El tema es tradicionalmente aca­démico: si es mejor nuestra manera de es­tudiar o la de los antiguos. Y el desarrollo del tema es didáctico y convencional; tres son los elementos a considerar para que la comparación sea exhaustiva: los instrumen­tos del saber — el análisis, por ejemplo, es instrumento de la medicina, el microscopio lo es de la anatomía, etc. —; los auxiliares del saber, que son los conjuntos normativos, el acopio de buenos ejemplos, las publica­ciones y las Universidades; y el fin del sa­ber, que es la verdad. Pero dentro del pe­dantesco esquema vibran ideas vivas, y ya se perfila el destino de una mente soli­taria y precursora. Pues en efecto, por un lado, discutiendo sobre las ventajas y des­ventajas de la cultura moderna con rela­ción a los instrumentos del saber, Vico toma una clara y resuelta posición frente a la escuela de su tiempo, y hace público, por vez primera, su anti cartesianismo y su interés por la historia en la iniciada reva­lorización de las ciencias morales; condena la práctica de hacer preceder la enseñanza crítica o arte de juzgar, al de la «tópica» o arte de la invención, uso que agosta la fantasía y nos incapacita para la vida prác­tica; combate el método geométrico en la física, el analítico en la mecánica, el deduc­tivo en la medicina, la arbitraria transpo­sición del método de las ciencias naturales a las ciencias morales, todo lo cual hace a los jóvenes tan expertos en cuanto a saber teórico como inhábiles en prudencia civil.

Por otra parte, en el examen de las auxi­liares, a propósito de las preceptivas, tra­za, a manera de digresión, una breve pero sustanciosa historia de la jurisprudencia que contiene algunos gérmenes fecundos, de los cuales saldrán materiales e ideas para las grandes obras futuras. Ensayo ya rico en «nuevos descubrimientos y útiles al mun­do de las letras», como hubo de definirlo el mismo Vico, el De ratione, a pesar de todo, no deja de ser en su estructura ex­terna y en los temas el florido discurso de un docto profesor de elocuencia.

N. Bobbio