Poema dramático en ocho escenas, de Lesja Ukrainka (1871-1913), impreso por primera vez en la revista ucraniana «Literaturno-Naukovyj Vistnyk» en Lwow. El poema sigue la leyenda clásica. Habiendo Casandra rechazado el amor de Apolo, éste la castiga con el don de prever los acontecimientos, pero sin que nadie la crea; el desarrollo tiende, no tanto a la sucesión de una trama principal (que es la defensa de Troya), cuanto al tratado psicológico del carácter del principal personaje de la obra, Casandra. La acción escénica es mínima: la muerte de Patroclo a manos de Héctor y la de Héctor a manos de Aquiles, se producen fuera de la escena. Las primeras seis escenas son sólo antítesis artísticas de diversos caracteres: en la primera se opone a Casandra, Helena, personificación de la belleza material y funesta; en la segunda escena se produce la antítesis Casandra-Polixena, prometida de Aquiles, personificación de la juventud despreocupada y egoísta; en la tercera escena está desarrollada la antítesis, precedentemente apenas insinuada, entre Casandra y Andrómaca, sencilla mujer de su casa, alejada de toda busca de la verdad.
Andrómaca representa el espíritu del inmóvil conservadurismo, y en ello se aproxima a Deifobo y a Honomao, otras antítesis de Casandra, incapaces de pensamiento profundo. Por último se contrapone a Casandra, Heleno, profeta oportunista, para quien la mentira sólo está separada de la verdad «por un hilo sutilísimo». Frente a todos ellos se eleva más cada vez Casandra, espíritu rebelde, agudo, independiente, que sólo busca la verdad, que en vano trata de salvar a la ciudad y a su familia y no encuentra más que incomprensión y sarcasmo. Pero, si Casandra sabe ver y prever, no sabe actuar: reconoce en el griego Sinón al traidor, pero no sabe matarlo. Y en ello radica su verdadero drama. Su último acto será todavía una visión: la de las nuevas bodas de sus hermanas y de la nueva vida que renace bajo las ruinas.
E. Onatskyi