Poema épico de Luis Zapata (1526-1595). Publicado en 1566, consta de 50 cantos en octavas reales. En conjunto viene a ser una exaltación de Carlos V y de los principales caballeros españoles de la época. Comienza con el relato del segundo viaje del Emperador a España y termina con su muerte, después de haber referido largamente el autor, entre otras cosas, la estancia de Carlos en Inglaterra, la sublevación de los comuneros, la conquista de México, la lucha en Rodas contra los turcos, la batalla de Pavía y la prisión de Francisco I, el saqueo de Roma, las hazañas de los españoles en el Perú, la entrada en Túnez, la muerte de Garcilaso, la abdicación del Emperador y los primeros hechos del reinado de Felipe II. Hay, a través de todo el poema — donde es frecuente la imitación de Virgilio y Lucano—, una mezcla constante de historia y leyenda, gracias a la introducción de bellas fábulas mitológicas — la de las Serlingas, la de Hiedra, la de Polifemo…-—y un doble plano real y alegórico conseguido con la presencia de figuras como la Sierpe — alegoría de las Comunidades —, la Envidia, la Fama… Ello, así como la enorme variedad de episodios y personajes, da a la obra una amenidad que hace agradable su lectura a pesar de sus vastas proporciones. Perfectamente conseguida está, por otro lado, la sensación de Imperio, con la evocación de episodios situados en las más alejadas regiones y de los que son siempre centro las decisiones del Emperador y el coraje español. Todo lo cual, unido a la sonoridad y nobleza de los versos, y a la perfecta trabazón de las partes, obliga a rectificar los juicios adversos que, por rutina, ha venido dedicando la crítica a este bello poema.
J. García López