Cancionero de Macías

La fama de las composiciones del poeta Macías, represen­tante de la escuela gallega en el Cancionero de Baena, se debe más que a su valor pro­piamente literario a la leyenda que se for­mó alrededor de su persona. Con razón dijo Menéndez Pelayo que otros poetas supie­ron realizar «de una manera apasionada y poética lo que el alma ardiente de Macías debió de sentir y no pudo expresar sino vaga y desaliñadamente». Su figura tiene en la historia de la literatura española un carácter trágico como pocos lo han tenido y se nos aparece como una personificación de la concepción medieval del amor con todas las experiencias y consecuencias que de ella se puedan seguir en el orden vital. Según el estudio de Rennert, el poeta de­bió de vivir en la segunda mitad del si­glo XIV, bajo el reinado de Pedro el Cruel, concretamente entre los años 1340 y 1370. Esta época se deduce porque el Marqués de Santillana en su Carta-Prohemio… lo hace coetáneo de Vasco Pérez de Camoens y de Ferrant Casquigio y porque en el Can­cionero de Baena una composición suya lleva la siguiente anotación: «Esta cantyga fiso Magias contra el Amor, empero algunos trobadores disen que la fiso contra el Rrey don Pedro». (Por otra parte, esta anotación ha sido considerada como errónea por mu­chos críticos). De una composición de Juan Rodríguez del Padrón se ha deducido que debió nacer en el Padrón, pues al hablar este poeta de Macías y de las proximidades de este lugar, dice: «Plégate que con Ma­cías / ser merezca sepultado, / y decir debe, / do la sepultura sea: / una tierra los crió, / una muerte los llevó, / una gloria los posea». Pero la patria de Macías ha sido discutida por los críticos e investigadores.

Sobre el poeta se formaron básicamente dos leyendas: la primera nos presenta al poeta enamorado de una dama casada a la que canta, sin temor a las amenazas del marido. Éste consigue encerrar a Macías en una pri­sión; pero todavía él continúa cantando a su dama, hasta que por fin el celoso le arroja una lanza por entre los barrotes de la reja y le da muerte. La segunda pone como causa de la muerte del poeta el hecho de no querer apartarse de la tierra que había pisado la dama y es muerto por el marido. Los investigadores (P. Fita, P. Sarmiento, P. Baltasar de Vitoria, Carre Aldao, etc.) han estudiado los orígenes y formación de estas leyendas, hasta el punto de haber afirmado alguno de ellos que el sobrenombre con que es conocido Macías, el de Namorado («enamorado») no es sino un apellido frecuente en el lugar y tiempo en que vivió el poeta y que este apellido contribuyó a crear la fama de gran enamo­rado de que ha gozado ya después perpe­tuamente. Una de las contribuciones más decisivas para el esclarecimiento de estos problemas ha sido el trabajo del profesor italiano Sanvisenti. De la fama de Macías es indicio la resonancia que tuvo dentro de la literatura peninsular. Dejando aparte la portuguesa y la catalana, y la gallega después de su renacimiento con el Roman­ticismo, dentro de la literatura castellana lo encontramos citado en los siguientes autores: Juan Rodríguez del Padrón, mar­qués de Santillana, Garci Sánchez de Ba­dajoz, Juan de San Pedro, Comendador de Stúñiga, Montoro, Gómez Manrique, Mena, Fernando de Rojas, Gregorio Silvestre, Cal­derón, Lope (el primero que le dedica una obra entera: Porfiar hasta morir), Bances Candamo, Torres de Villarroel, Larra, etc. Precisamente de esta fama y especialmente de las citas que en boca del poeta enamo­rado ponen los autores medievales, deriva la dificultad o casi imposibilidad de pre­cisar cuáles son las composiciones autén­ticas de Macías. Para los autores medieva­les era un recurso literario poner en boca de Macías canciones que habían sido com­puestas por estos poetas.

Por lo general se le atribuyen 21, aunque en el Prohemio de Santillana solo se citan 4 («Cativo de miña tristura», «Amor cruel e bryoso», «Se­ñora en quien fiança» y «Provey de buscar mesura»), que figuran también en el Can­cionero de Baena junto con otra: «Con tal alto poderío». Pero el mismo Santillana en su Querella de amor le atribuye 9 composi­ciones, una de las cuales aparece en el Can­cionero de Baena como obra del abuelo del marqués. Este hecho corrobora lo que antes hemos dicho de que estas citas no sean auténticas, sino que son un simple recurso literario, pues el marqués de Santillana era el menos indicado para desconocer la pater­nidad de una composición de su abuelo don Pedro Hurtado de Mendoza. De todas ma­neras, las poesías atribuidas a Macías, apar­te de las cinco enumeradas ya, son las si­guientes: «Loado seias Amor», «De lado que era, triste», «Crueldad e trocamiento», «Pues mi triste corazón», «Pois prazer non posso aver», «Pois me fallescen ventura», «Vedes que descortesía», «De quen cuido e cuidei», «El gentil niño Narçiso», «Poderoso amor loado», «Ay, que mal aconsellado», «Amor, siempre partiré», «Cuidados e maginanga», «Ruysenyor béote quejoso».

A. Comas