Brhatkathá

[El gran relato]. Era pro­bablemente la obra más rica de la nove­lística hindú y aún existía en el siglo VI de nuestra era, como se deduce de las ci­tas de algunos escritores (Dandin, Subandhu, Bana) cuyas fechas conocemos de modo bastante preciso. El autor Gunadhya — de quien sólo tenemos noticias confusas y legendarias — vivió, según toda probabilidad, en los primeros siglos de la era cristiana (no más allá del siglo VI); y su obra com­puesta, a lo que parece, parte en prosa y parte en verso, estaba escrita en «paisácí», dialecto hablado, según se conjetura, en la región de la cadena montañosa de Vindhya. Podemos reconstruir en parte su contenido basándonos en tres obras que se derivaron de ella: el Brhatkatháslokasamgraha [Tra­ducción en verso de la Brhatkathd] que ha llegado fragmentario hasta nosotros, la Brhatkathamanjari (v.) y el Kathdsaritsdgara (v.). Héroe principal del gran relato Brhatkathd era el hijo del rey Udayana, Naravahanadatta, cuya amada Madanamancuká es raptada por Mánasavega. Él en­tonces va en su busca para liberarla, ayu­dado por su fiel ministro Gomukha. La encuentra y, al mismo tiempo, obtiene el imperio de los Vidyádhara, seres fabulosos y semidivinos, que residen más allá del Himalaya. La épica de Gunadhya .no era una épica regia, sino burguesa. El héroe no es fiel a su amor, sino que es de carácter algo ligero y de varios amores. Madanamancuká era una hetaira que odiaba su condición, deseaba convertirse en una bue­na madre de familia y soñaba por lo tanto en un matrimonio legítimo. La obra que da mejor idea del Brhatkathd es, quizás la Brhatkathamañjari de Ksemendra.

A. M. Pizzagalli