[Biblioteca delle tradizioni popolari siciliane]. Obra monumental en 25 volúmenes, de Giuseppe Pitré (1841- 1916), iniciada en 1871 y terminada en 1913. El material recogido y ordenado comprende: «Cantos populares sicilianos» (vols. I y II); «Estudios de poesía popular» (III); «Fábulas, cuentos y narraciones populares sicilianos» (IV-VI); «Proverbios sicilianos» (VII-XI); «Espectáculos y fiestas populares sicilianas» (XII); «Juegos infantiles sicilianos» (XIII); «Usos y costumbres, prejuicios y creencias del pueblo siciliano» (XIV- XVII); «Fábulas y leyendas populares sicilianas» (XVIII); «Medicina popular siciliana» (XIX); «Adivinanzas, dudas, preguntas, trabalenguas del pueblo siciliano» (XX); «Fiestas patronales en Sicilia» (XXI); «Estudios sobre leyendas populares de Sicilia» (XXII); «Proverbios, motivos y conjuros del pueblo siciliano» (XXIII); «Carteles, pasquines y cantos del pueblo siciliano» (XXIV); «La familia, la casa, la vida del pueblo siciliano» (XXV). La obra de Pitré documenta e ilustra las tradiciones populares, orales y objetivas del pueblo siciliano, y tiene el mismo valor y significado como monumento de las tradiciones populares, que las recopilaciones de Grimm (v. Cuentos infantiles y del hogar). La obra de Pitré, además de su valor filológico, es también importante para la investigación crítica: notables son, sobre todo, las monografías que preceden a los tomos de los «cantos», de los «cuentos», de los «proverbios», de las «adivinanzas» y de los «juegos infantiles»; monografías que se pueden considerar como capítulos de un tratado que procura encuadrar y disciplinar la vasta y mudable materia de las tradiciones populares. Pitré es el primero en Italia que con precisión de términos expone los complejos problemas de las tradiciones populares; y su mérito estriba en haber llevado a un campo de estudios, entonces vago e incierto, una orientación científica que influyó sobre la orientación general metodológica y crítica. Su Biblioteca inspiró en 1882, a Leite de Vasconcellos, la Biblioteca Etnográfica Portuguesa y en 1884, a Antonio Machado y Álvarez, la Biblioteca de las tradiciones -populares españolas, y el material que él recogió fue utilizado más tarde por filólogos de todas las naciones.
G. Cocchiara