Basílicas, León VI

Con este nom­bre se conoce la colección de leyes promul­gada en los primeros años de su reinado por el emperador bizantino León VI (886-912); pero el título auténtico es: Colección y sis­tematización paralela en 60 libros de toda la legislación. En esta obra, León VI pro­sigue la actividad de su padre Basilio I; hasta es probable que utilizara materiales ya recogidos y elaborados por la voluntad paterna, porque Basilio se había propuesto «purgar», es decir, modernizar el «Corpus Iuris» justinianeo. Las Basílicas se refieren al Digesto y al Códice (más que a las Ins­tituciones), además de a las Novelas de Justiniano, de Justino II (565-578), de Ti­berio (698-705), y también al Prokeiron, manual de derecho para usos prácticos, pro­mulgado por su padre, Basilio I. Las Basí­licas pretenden ser una colección general de derecho canónico, de derecho público, de derecho privado. Tuvieron enorme difusión y desterraron al Corpus Justinianeo, porque estaban escritas en griego, estaban al día, eran más sistemáticas, y así bastaba con consultar para cada caso un solo lugar de la obra. Acentúan en grado sumo el poder del emperador y la centralización del esta­do. Nos han llegado provistas de numerosí­simos escolios: los llamados «antiguos» de la época de Constantino VII (913-959), los llamados «recientes», de los siglos XI-XIII. Desgraciadamente, una parte de la obra se perdió y hubo de reconstruirse mediante un índice del siglo XII, el llamado «Tipócito» compilado por un juez llama­do Patze.

G. Pasquali